No conozco ningún padre o madre, yo incluida, que piense que su hijo es tonto. El mío, sin exagerar, es un genio. Lástima que naciera inoportunamente demasiado pronto, porque se ha perdido beneficiarse del nuevo contenido que Educación le va a dar a la Primaria el próximo curso. El Consell por fin comprende que estamos en una Comunidad de niños superdotados y establece unas asignaturas que le suben a cualquiera la adrenalina.
Que nuestros hijos, con sólo seis años, sin todavía saber subirse bien la bragueta, estudien a partir de septiembre «Educación financiera. La empresa como agente dinamizador», y estén obligados a participar en «la planificación del desarrollo de un producto», demuestra que por fin en esta Comunidad se empieza a apreciar de verdad el potencial que tienen las generaciones más tiernas. ¿Qué importa que no haya ordenadores en clase? ¿Qué más da que estemos a la cola nacional en Matemáticas, Lengua e idiomas? Lo importante aquí es que todos seamos emprendedores y Educación lo va a trabajar desde la cuna.
