Termino la semana como la empecé: cabreada. Me enteré del anuncio de la abdicación del rey casi al mismo tiempo que me llegaban por whatsapp convocatorias de concentración para reclamar la convocatoria inmediata de un referéndum por la República. A ver, que entiendo el entusiasmo, que yo también prefiero una república a una monarquía, pero me cabreó que en Alicante la convocatoria se hiciera a la misma hora en que la Plataforma Feminista convoca la concentración mensual contra la violencia machista (todos los primeros lunes de mes a las 20 horas) ¿Tanto les hubiera costado convocar media hora después? ¿O es que acaso la lucha contra la violencia machista no debe ser reclamada como una prioridad del Estado, independientemente de la forma política que éste tenga? Pues parece que no. Apañadas vamos.

Todo gira esta semana sobre lo mismo: la abdicación y sus consecuencias. Aderezado con loas superlativas al rey, que parece el gran artífice de la democracia pero que nunca, ni siquiera en los discursos de nochebuena, ha tenido ni una sola palabra hacia las asesinadas por el terrorismo machista ¿Y qué decir de su último viaje oficial a Arabia Saudí? Todo el mundo destaca la gran contribución que ha hecho a la economía española (¿o a la de las grandes empresas?) apoyando el proyecto del AVE entre Medina y La Meca pero nadie denuncia su silencio ante la situación que sufren cuatro hijas del rey saudí. El rey Abdalá le pidió a su segunda mujer, Alanoud al Fayez, que volviera con él y ante su negativa decidió castigar a las cuatro hijas que tuvo con ella recluyéndolas. La noticia se sabe desde marzo ¿Preguntó el rey por ellas? Pero si ni siquiera defendió a su hija primogénita como su sucesora ¿cómo iba a hacerlo?

En fin, que lo último que esperaba es que el viernes el Gobierno anunciase una devolución anticipada de 1300 millones de euros (el plazo vence en 8 años) de la deuda de asistencia financiera europea «porque la economía lo permite y para reforzar la confianza en España» ¿La economía de quién? ¿La confianza de quién? El estudio del CIS hecho público esta semana advierte que la sociedad española tiene una percepción limitada de la violencia de género y el Ministerio de Ana Mato, que pagó ese estudio detrayéndolo de recursos de protección a las víctimas de violencia machista, anuncia que va a hacer una campaña institucional de sensibilización ¿No se podía invertir ese dinero que van a devolver en recursos contra el terrorismo machista? Ah, no, que eso no es rentable ni importa cuando hay negocio de por medio. Y si no, atención al inminente mundial de fútbol y el negocio de la prostitución que alimenta. Cabreada.