Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El futuro de los salarios

Retribución emocional. Esta es la fórmula que manejan los directores de Recursos Humanos para devolver la ilusión a las plantillas tras la política de reducción de costes salariales de los últimos años. Con empleados desmotivados y con sueldos más bajos, la competitividad se resiente. Hay que reaccionar.

Alicante ha acogido una jornada de debate para aportar soluciones en la que han participado portavoces de multinacionales, responsables de planes estratégicos y en la que intervine como ponente en mi faceta de abogado especializado en materia tributaria. Se expusieron las nuevas estrategias de Recursos Humanos de las grandes empresas y se trató de responder a la cuestión: ¿se puede ser competitivo sólo bajando los salarios?

Los sueldos constituyen la mitad de los gastos de una empresa y el coste de las horas extras supone un cáncer a extirpar, según explicaron en el seminario, que tuvo lugar en Fundesem. Y una paradoja deslizada por el director de Capital Humano de la multinacional Wolters Kluwer, José Antonio Carazo. Al margen de las empresas en crisis, otras que han seguido ganando dinero también han reducido los salarios por su inclinación a continuar pagando dividendos.

Carazo resumió el Informe Ceinsa que analiza la evolución de los salarios en España durante los últimos 20 años. El dossier constata que la reducción de costes salariales se ha producido combinando instrumentos como el recorte de plantillas, de jornada, los expedientes de regulación de empleo, la eliminación de complementos salariales, congelaciones y aplicación de «salarios de entrada» mucho más bajos para sustituir determinados puestos.

En varios momentos se aludió a ¿pagar más o pagar mejor?, ¿cuál debe ser la nueva gestión en las retribuciones?

Me hizo pensar la afirmación de Óscar Izquierdo, director de Human Capital en Ernst and Young, que habló de la retribución emocional. Vaticinó que la tendencia de empresas y trabajadores ante los nuevos contratos va a seguir cambiando a tenor del mercado mundial, donde 3.000 millones de personas en China e India trabajan por 125 dólares al mes.

En los síntomas del mercado laboral sobresale la falta de vínculos afectivos entre empresa y trabajadores. Los poco comprometidos esperan a que la cosa mejore para cambiar de empleo. A día de hoy, en cada proceso de selección se presentan entre 800 y 1.300 candidatos, señaló Luis Pérez, de Randstad, firma que intermedia en el 5% de los contratos en España. Según datos de encuestas de su multinacional, las empresas que más llaman la atención por el conocimiento de marca son Coca-Cola, Carrefour, Mercadona y El Corte Inglés, «pero si se pregunta dónde desearían trabajar, responden que en IBM, Nestlé, Bayer, Mercedes, Coca Cola y Hawlett Packart, por este orden».

En mi turno de palabra dejé claro que estemos ocupados en unas empresas u otras, lo seguro en España es que vamos a seguir pagando impuestos. Somos un país con 17,3 millones de declarantes de rentas del trabajo, un reino de empleados muy controlados por la Agencia Tributaria, cuyo mayor ingreso -71 mil millones de euro- lo recauda del IRPF. En España pagamos impuestos que oscilan, según renta, entre el 24,75% y el 54%, tras el «subidón» en 2012.

El «salario emocional» se pondrá en la balanza donde la empresa ofrecerá oportunidades de promoción, la retribución a la carta -con abono de seguros y formación-, beneficios sociales con flexibilidad de horarios para hacer más compatible la vida personal y familiar, transparencia, confianza, poder expresar ideas y sugerencias, buen ambiente laboral, mejor calidad en la relación con los superiores, reconocimiento de los logros de los empleados y, fundamental, acuerdos de garantía de empleo.

Lo que muestra la visión de los expertos a los que tuve la fortuna de acompañar y escuchar es el desafío latente entre las políticas de ajustes salariales, que desmoralizan a los empleados, y la necesidad de las empresas por mantener ventajas competitivas, para las que son fundamentales los trabajadores resolutivos y con talento.

Si la retribución emocional sirve para que los buenos sigan fieles a la empresa, adelante. A negociar.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats