La abdicación del Rey es un hecho extraordinario, pero esperado. Su salud así lo reclamaba. Pero no sólo era una cuestión de salud. La Corona no ha estado a la altura de la crisis. La gente percibía que el Rey se lo pasaba en grande con los que mandan, mientras que ellos lo estaban sin seguro de paro, desahuciados de sus casas. Se percibe con fuerza que el vértice de nuestro entramado institucional está totalmente corrompido, donde los cargos se cambian como cromos, donde se cobra en B. Un sistema que dirigido por una clase extractiva que no nos representa, porque vive en otro mundo.

Todo ha estallado en las elecciones europeas. Arriba, nadie se había enterado, porque las asociaciones, trabajadores, empresarios, intelectuales, funcionarios, familias, profesionales, etcétera, que en cualquier democracia sana son la correa de transmisión de los problemas y propuestas de la sociedad, están secuestradas por el poder político que las controla con la subvención, y las excluye de los debates. Hasta que una mañana, se levantan de la resaca electoral y ven que esto va en serio, ven a un tipo con coleta enseñando los colmillos, dispuesto a reventar el sistema. Y asustados, proyectan los votos de las europeas y observan que Pablo Iglesias, va a subir mucho, mucho en las elecciones del año siguiente. Y se ponen las pilas temblando, porque ven que esto se va al garete. Y eso es lo malo y lo bueno de la situación.

A partir de ahora, vamos a ver política de verdad. Debates de ideas mezclado con demagogia a cara de perro. Jóvenes que nadie conoce, excluidos de nuestro sistema laboral, hartos de mentiras, sobradamente preparados intelectualmente pero con poca experiencia, que invaden la escena pública mientras que los que estaban sentados miran asustados sin entender lo que pasa. Viene lo peor y lo mejor. Vuelve el discurso, las propuestas arriesgadas. Nos la jugamos. Y todos estos Arriolas, expertos chupatintas que cobran un pastizal del régimen ultra-relativista en el que vivimos, se irán por el desagüe. En unos meses. PP y PSOE son ahora mismo unos zombies andantes. El PP más que el PSOE. Porque como dijo Flaubert, la burguesía se caracteriza por el pensamiento bajo: el dinero, los placeres. El encefalograma plano. Y eso se acabó. Comienza otra época. Para bien o para mal. Depende de nosotros. No de ellos. De nosotros. Participen, muévanse políticamente. Si no lo hacen, luego no se quejen.