Ya sabíamos que en Alicante gustan la fachada, las apariencias. Y que no pasa nada aunque después todo quede en humo. Va en los genes. Tras haber vivido muy de cerca la undécima edición del Festival de Cine de Alicante, he podido constatar muy de primera mano cómo la filosofía del evento cumple a rajatabla esta fórmula.

Se trata de un evento en donde una ausencia total de criterio unida a ciertos aires de grandeza provoca unos resultados demoledores. Se trata, digámoslo claro desde el principio, de un festival unipersonal. Es el festival de Vicente Seva, que hace y deshace a su antojo, elige las películas, nombra a los jurados, conduce los encuentros con la prensa, decide quiénes son los homenajeados, organiza las secciones. En este caso, parafraseando a nuestro querido Chicho Ibáñez Serrador, tenemos muy claro quién es el responsable de todo.

A lo largo de la undécima edición del Festival he observado una serie de irregularidades que deseo compartir:

- A Vicente Seva se le llenó la boca a propósito de la «europeización» del Festival. Incluyó una nueva sección, llamada de forma rimbombante «European Short Film Award». Ahí es donde se supone que se iban a proyectar 220 cortos de 20 países, cuyas banderas se mostraron en la gala inaugural. No hubo tal exhibición. Y no sólo eso. Ni siquiera el jurado los vio. Es más, se da la circunstancia de que los trabajos que visionó el jurado antes de iniciarse el festival y los que se proyectaron en la Sede de la UA ni siquiera fueron los mismos. El día de mayor asistencia reunió 5 espectadores. La sesión del miércoles 28 de mayo, por ejemplo, se limitó a ofrecer media hora de prácticas de alumnos de la Escuela de Cine de Hamburgo. Sin subtitular. Este ciclo de cortometrajes extranjeros se anunció en titulares de prensa como una participación con la Universidad de Alicante. Auspiciado por el Centro Internacional de Traducción, se supone iba destinada a los alumnos del campus. A la sesión del citado miércoles, por ejemplo, no asistió ni uno solo de ellos.

- Suerte parecida corrió la sección Cine del Mediterráneo, patrocinada por Casa Mediterráneo y convocada de lunes a jueves en el Aula de Cultura de la CAM. Las 5 películas griegas y turcas congregaron, en el mejor de los casos, a media docena de espectadores. En la 3ª sesión, por ejemplo, sólo había un asiento ocupado (de 400).

- A la misma hora, la conferencia-debate sobre El doblaje en España que debía celebrarse en la planta superior del Aula CAM, era suspendida por incomparecencia de asistentes. Un poco más tarde, el concierto de Música de Cine de los alicantinos Aguardiente Swing con repertorio de música de cine reunió a 18 personas. Teniendo en cuenta que el entrañable Nacho Luri trajo a algunos acompañantes, es fácil deducir cuánta gente acudió a esta actividad paralela.

- Dijo Vicente Seva en la gala inaugural, en la gala de clausura, y en sus numerosas declaraciones a la prensa que este año concurrieron al certamen 1.200 cortometrajes, 220 cortometrajes extranjeros y 65 largometrajes. Las cifras no son nada creíbles. Haría falta un equipo enorme para visionar semejante material. De todos modos, de poco habría servido tener tantos candidatos cuando a la hora de seleccionar lo que priman son los amigos y conocidos. Los vínculos.

- ¿Para qué se ha creado una nueva sección de cine alicantino (Alicante Cinema) si la sección oficial de largometrajes sigue atestada de cine hecho por alicantinos? ¿Dónde quedaron títulos como A escondidas (de Bilbao) o 321 días en Michigan (de Málaga) que todavía se pueden ver impresos en el programa de proyecciones que edita mensualmente el Ámbito de El Corte Inglés?

- En la sección oficial de cortometrajes el descaro es aún mayor. ¿Cómo es posible, si es verdad que se han presentado 1.200 cortos de todo el mundo, que la mitad de los seleccionados sean alicantinos? ¿Por qué se recuperan trabajos de hace dos años de alumnos de las titulaciones de Ciudad de la Luz dentro de esta sección? ¿Es un homenaje póstumo?

- Ni la Seminci ni en la Semana de Medina del Campo veremos cortos vallisoletanos dentro de la sección oficial. Ni onubenses en el Festival Iberoamericano de Huelva. Ni asturianos en el de Gijón. Se verán, claro que sí, pero en secciones paralelas, en pases especiales. Y alguno, excepcionalmente, podrá colarse en la oficial. Alguno. De modo extraordinario.

- La imagen corporativa del Festival de Alicante corrió a cargo de dos actrices como iconos: Antonia San Juan interpretando a Marilyn y Macarena Gómez encarnando a Audrey Hepburn. Ambas protagonizaron los carteles y spots en un excelente trabajo. Pues bien, un cortometraje protagonizado por Macarena Gómez fue admitido en la sección oficial a concurso. Y no sólo eso: el trabajo se hizo con los premios al mejor cortometraje y a la mejor actriz. Máxime siendo un trabajo de 2012, seleccionado exprofeso para congraciarse con ella. No es ético que una persona tan implicada en un festival participe en el concurso. Para eso están las secciones invitadas y especiales.

- Otro de los integrantes de la sección oficial de cortometrajes fue Dulce don Miguel, en cuyos créditos se lee claramente que el ayudante de dirección fue Vicente Seva. En ningún otro lugar se ha visto ni se verá que un trabajo firmado por el responsable del certamen vaya incluido en la sección oficial del mismo, optando a los premios.

- En la rueda de prensa del sábado Vicente Seva hizo público que la película ganadora de la nueva sección Alicante Cinema era Working Progress. Nada de particular si no fuese porque en ningún momento se había dado a conocer la existencia de dicho premio ni se constituyó un jurado para otorgarlo. El galardón salió, directamente, de la manga del director del festival.

- Juan Diego fue homenajeado. Su última película, Anochece en la India, con la que ganó el premio al mejor actor en Málaga y con la que raro será que no gane el Goya en el 2015, no se distribuyó en Alicante. Y sigue inédita. El festival prefirió las fotos con el famoso que ofrecer su cine reciente.

Comprenderán mi desazón. Por qué pienso desde hace tiempo que la palabra «cultura» asociada al concepto Festival de Cine de Alicante suena a oxímoron.

(*) Antonio Sempere ha sido miembro del jurado de la crítica en la reciente edición del Festival de Cine de Alicante