Viste Susanita, la que tienen liada por acá. Ni en cien años Manolito distraería tanta plata en el colmado, ¡che que quilombo!, diría Mafalda, la pequeña cincuentona si se diera una vuelta por nuestra tierra, tras recoger junto a su creador, Quino, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación. Daría rienda suelta a su retahíla de graciosas e ingeniosas exclamaciones al comprobar in situ cómo se las gastan nuestros representantes en las instituciones. Porque quilombo es lo que sucede en la casa de la gaviota valenciana, los populares tienen tal barullo, que no saben cómo salir indemnes. Las imputaciones por corrupción van salpicando todas las áreas de la administración, tienen de todo, malo o peor, y sus soluciones van desde el tancredismo a la dimisión relámpago, según el cargo, la persona, o el mentor que proteja. La última en salir a la palestra, Lola Johnson, lo fue todo en la RTVV, incluso fue del ejecutivo de Camps y un ratito del de Fabra. Se le imputa por malversación, apropiación indebida y administración desleal. Vamos lo típico. Desviando el vil metal por vericuetos ignotos, con tanta curva algo caerá que habrá que recoger y repartir entre los colaboradores. Conclusión: dineros públicos confiados, gestionados con suma felonía. Añadiendo más a su debe: el cierre de una cadena de televisión, y el despido de más de mil trabajadores, con pérdida de más de mil trescientos millones de euros.

Movimientos y punto final, con empresa y dineros ajenos de semejanza en el fraude con lo acaecido en la extinta CAM, donde Roberto López y compinches, llevaron a cabo según les imputa la justicia, otro quilombo de dimensiones incalculables del que los populares no son del todo ajenos. Lola ha dimitido, a partir de ahora ya no tendrá que aconsejar al honorable Fabra que corbata ponerse, o que perfil utilizar cuando haya cámaras presentes. Está bien dimitir, pero sería mejor que no desapareciera tanto dinero público de las arcas que en sus manos se pusieron. En la CAM parece que los grandes beneficiarios exógenos fueron los horteras Ferri y Baldo, en la RTVV que sepamos los tiros va por otros horteras, El Bigotes y Correa. Dios los cría y ellos se juntan. El vade retro se ha hecho habitual como saludo en los pasillos del partido popular. Algunos de los numerosos imputados intentan pasar desapercibidos con Fabra en la inopia, otros ni caso le hacen, van a lo suyo, a retrasar lo indecible su probable encausamiento.

Pero el quilombo que diría Mafalda, ha superado todas las previsiones en las recientes votaciones al parlamento europeo. La atomización de partidos y movimientos que rehúyen denominarse como tales, pero que al final se beneficiaran colectiva y personalmente de los privilegios que critican, ha sido de tal calibre que los dos grandes partidos no suman ni el cincuenta por ciento de los votos. El resultado que ha podido sacar el movimiento alrededor del líder televisivo de la izquierda radical que como logotipo usaba la foto del mismo, ha puesto de manifiesto el cansancio de ciertos sectores de la juventud a la que los partidos de corte tradicional no han sabido atraer. La demagogia en las tertulias ha podido más que el voto moderado que sin duda ha optado por la abstención. La corrupción y la crisis han dictado sentencia.

Pero lo más impactante quizás, es que estando las cosas como están entre los populares en Alicante y resto de la Comunidad, los socialistas, girando en su discurso hacia posiciones a su izquierda, han obtenido siete puntos y medio menos que aquellos, confirmando que la nave sigue yendo a la deriva, y que de gobernar, podemos concluir que a lo mejor ya no se trataría de un tripartito, sino que sería un cuatripartito. Mucho quilombo para un gobierno que necesitaría sobre todo estabilidad para salir de una vez de la nefanda crisis que nos lacera.