Después de exprimir la tinta de los impresos, me sumerjo a primera hora en unas cuantas webs en las que destacan las alabanzas de Zaplana al talento, la independencia y la valentía del promotor y cabeza de lista de Vox, Vidal-Quadras, tras invitarlo a intervenir en el Club Siglo XXI que preside el exmandamás de la Generalitat. Metiéndome en el coche por la tarde escucho al mismo que viste y calza esas webs asegurar que «Aznar es siempre un buen activo del pepé» y, al ser preguntado si le gustaría que lo hubieran llamado para participar en algún acto de campaña, responde que «él ya no está en esto, puesto que tomé una decisión hace seis años de abandonar la vida política con todas las consecuencias y, ahí sigo, ajeno a ella». Completamente ajeno, no hay más que verlo.
Cómo estará el panorama que hasta se echa de menos el manejo que ciertos personajes son capaces de hacer durante su gestión en la que, con un cuajo que supera registros de campeonato, comparecen para describir una realidad que solo existe en el imaginario -popular en este caso- transmitiendo sin inmutarse lo contrario de lo que piensan. Salvo escasísimas excepciones, los que tenemos hoy en la Comunitat Valenciana, por no ser es que ni son retorcidos y se les nota a distancia las fatiguitas que pasan para venderte el bacalao.
Por lo único que se le ha visto torcer el gesto en los últimos tiempos a Zaplana ha sido por la acusación de Alperi responsabilizándole de ser el introductor del Bigotes por estos pagos puesto que «el amigo de Correa y del yerno de Aznar era él». El del yerno, el de Palop en su día, el de... y, sin embargo, la cuestión es que ni siquiera sale en el listado de Bárcenas. Así que, cuando muchos de ustedes pensaban lo que pensaban, resulta que ahora política no hace y es un bendito..
