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Terol: Debe haber un antes y un después

Nico Terol está considerado como un piloto seguro. De los que no se caen. Sin embargo no pudo participar en el GP de España por una caída sufrida en la última tanda de entrenamientos libres. Las caídas han existido, existen y existirán en este deporte y aunque todo el mundo es consciente del peligro que entrañan nadie quiere nombrar «la bicha». Los pilotos son conscientes de que éste es un deporte de riesgo y lo asumen aunque todo el mundo piensa que le puede tocar a los otros y no a él.

Afortunadamente, pese a no haber podido disputar la carrera sus lesiones fueron menos graves de lo que se temió en un principio y podrá participar en el siguiente GP en el circuito francés de Le Mans. Para el alcoyano, imperiosamente debe haber un antes y un después de este percance. Él es persona inteligente y debe sacar sus conclusiones porqué no es normal que todos los miembros de su equipo en moto2 y moto3 se cayesen en la última jornada de entrenamientos.

No hace falta ser un lince para analizando la tabla de tiempos y ver lo retrasados que estaban saliesen a pista presionados en exceso ya que la carrera era en casa, ante su público, su afición y sobre todo ante sus patrocinadores. Y es que es mucho más fácil caerse cuando un piloto fuerza el ritmo con una moto que más se asemeja a un carro de polos que a la moto de competición de un equipo supuestamente de primer nivel que cuando se pilota en condiciones «normales»

Triste es que a las primeras de cambio -solo se han disputado cuatro Grandes Premios- todas las posibilidades de lograr el título se hayan esfumado y la pista y el cronometro han demostrado que sus rivales están varios escalones -no uno- por encima de él.

Ha llegado la hora de plantearse su futuro y pensar por sí mismo sin dejarse asesorar por mediocres que no soportan a otras personas porque subrayan sus miserias y que prefieren rodearse de personas peores. Y es que el buen ejemplo, lejos de inspirarles, subraya sus defectos y les hace sentir peor. El mal ejemplo, en cambio, les reconforta.

La solución está en sus manos, en las de Nico.

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