El aeropuerto de El Altet debería haber tenido desde el principio una conexión rápida de tren, metro o tranvía que conectara sus instalaciones con las ciudades de Alicante y Elche, al menos. Pero no ha sido así.
La estación del AVE podría haberse construido junto al aeropuerto: el erario público se habría ahorrado un montón de dinero en obras en Alicante y Elche, los accesos por carretera a El Altet no serían ese punto negro que ahora son y las conexiones con el resto de la provincia hubieran podido establecerse a demanda. Pero entonces Adif no habría tenido apenas margen para especular con los terrenos, así que se desechó esa opción.
Y, por ir acabando, la nueva estación de autobuses de Alicante debería haberse construido junto a la del tren, pero estará provisionalmente durante los dos o tres próximos siglos en el Puerto.
Unos pocos, entre los que se encuentran destacados urbanistas, los siempre atentos miembros de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas o este periódico, abogamos una tras otra por cualquiera de esas soluciones, sin éxito alguno. Y ahora vienen las madres mías. Lo malo es que encima asoman cargadas de demagogia y de lugares comunes.
Viene todo esto a cuento del tedioso debate sobre las lanzaderas de autobús entre la estación del AVE en Alicante y algunos municipios de la provincia. Digo tedioso, porque es circular; el cuento de nunca acabar. Y porque muchos de los que se pronuncian sobre él lo hacen sin disimular apenas que los pasajeros de los trenes les importan realmente un pepino, porque de lo que se trata no es de encontrar medidas efectivas para hacerles más feliz y llevadero el viaje hasta su destino, sino de enredar el asunto para pescar votos en el río revuelto; o en todo caso de defender intereses que pueden ser legítimos, pero son absolutamente particulares por mucho que se envuelvan bajo la bandera de la supuesta defensa del sector turístico.
En ese sentido, el presidente de la patronal hotelera de Benidorm, Toni Mayor, está jugando con fuego. Lo bueno de Toni Mayor es que nunca le ha importado quemarse. Lo malo es que a veces provoca incendios que luego son difíciles de sofocar. Por ejemplo: esgrimir argumentos como que el AVE se ha pagado con el dinero de todos, siendo cierto, es una inanidad peligrosa. También se pagaron con el dinero de todos los más de 70.000 millones de pesetas que entre unas cosas y otras costó Terra Mítica, empresa cuyos impuestos los paga en Benidorm y no se reparten «entre todos». Buscar el enfrentamiento entre ciudades siempre acaba mal a la larga.
A ver, Benidorm es sin duda alguna la capital turística no de Alicante, sino de la Comunidad. Pero el AVE no es un tren adaptado al tipo de turismo que llena sus hoteles y apartamentos. Toni Mayor lo sabe mejor que nadie. ¿A qué viene entonces tanta agresividad reclamando unas lanzaderas que le sirven de poco? Y, sobre todo, ¿qué hace Toni Mayor protestando en Alicante cuando aún no ha cuestionado a su propio ayuntamiento, el de Benidorm, qué va a hacer luego con ellas?
Porque esa es la pregunta: ¿si hay lanzaderas entre la estación del AVE y Benidorm, dónde van a parar una vez allí esos autobuses? Se lo contesto yo: en la estación, claro. Solo que la estación de autobuses de Benidorm está en el extrarradio, a kilómetros de las zonas donde están los hoteles. ¿Los cogemos en Alicante, a los turistas digo, y los dejamos en un descampado en Benidorm? ¿Y luego, qué? Taxi, claro. ¿Entonces, a qué tanto griterío? ¡Pero si el ayuntamiento de Benidorm ni siquiera ha reforzado los autobuses regulares que unen la estación del TRAM, también en el límite de la ciudad, con el centro de la misma! ¡Si los pasajeros que sacan el billete combinado de AVE-TRAM tienen que buscarse la vida cuando llegan a Benidorm porque no hay ni siquiera una mala indicación de a dónde deben dirigirse! ¿No tiene el presidente de la patronal benidormí nada que decir sobre eso? ¿Ni sobre la implantación, por parte de Renfe, de una auténtica tarifa turística? ¿Ni sobre las posibilidades de conexión que el AVE permite ya con Zaragoza e incluso con el País Vasco, y que no se están apenas promocionando?
Fácil solución. La solución a la cuestión en Alicante es sencilla, más que nada porque no hay otra razonable: colocar lanzaderas, efectivamente, pero entre la estación del AVE y la de autobuses del Puerto y que una vez allí los pasajeros se dirijan al destino que prefieran. Los horarios de las líneas que funcionan en la estación de autobuses de Alicante pueden sincronizarse fácilmente con los del AVE y un autobús por el carril reservado a él no tarda más de cuatro minutos en unir una instalación con otra. ¿Por qué la estación de autobuses de Alicante es rechazada y la de Benidorm sí es un buen destino? Mayor podría empezar por responder a eso. No lo hará, porque precisamente el problema más grave no lo tendría Alicante, sino Benidorm, una ciudad donde hay al menos cuatro zonas de hoteles -Poniente, centro, avenida del Mediterráneo y Rincón de Loix-, sin contar con la diseminación de apartamentos turísticos. ¿Si le vendes al pasajero que sacando un billete conjunto le vas a llevar de la estación de Alicante a Benidorm, cómo resuelves el desafío logístico de no defraudarlo luego dejándolo a su suerte en otra estación que está donde cantó el gallo? Con más de cien hoteles, simplemente no puedes, salvo que la lanzadera se recorra buena parte de la ciudad haciendo paradas a diestro y siniestro. Pero sobre eso, el ayuntamiento de Benidorm no ha dicho ni pío: se dedica a hablar del de Alicante. ¿Quieren más clara la demagogia que se está utilizando en este asunto? Reparen en una cosa: el AVE es difícil que aporte mucho turismo a Benidorm, pero el aeropuerto sí que lo hace. A borbotones. ¿Saben cuánto ha tardado Benidorm en poner una lanzadera que le una con El Altet? 25 años. ¿Saben cuántas veces la reclamó el ayuntamiento o la patronal con la vehemencia con la que ahora pide la del AVE? Una o ninguna. Aquí hay algo que no cuadra y que se debería explicar. Y a Esquerra Unida de Alicante más le valdría estudiarse el asunto primero, antes de aliarse con quien a lo mejor pelea por intereses contrarios a los que EU debe defender. Por cierto, ¿el grupo municipal de EU debate con la formación sus posiciones en los plenos antes de que se celebren o Pavón juega por libre? Porque digo yo que, puestos a pedir una comisión sobre las lanzaderas, cosa inútil donde las haya, EU debería haber planteado hacerla en las Cortes, para contemplar el problema en conjunto, y no en la ciudad de Alicante. Porque si es por Alicante, EU no debería desconocer que entre Alicante y Benidorm hay 62 trayectos de bus todos los días, más de medio centenar cada sábado y otro tanto cada domingo. Que es que oyes hablar a alguno y parece que de Alicante a Benidorm haya que ir a lomos de caballeriza.
Miren: este asunto (ya se escribió aquí hace casi un año) nació mal desde el principio. Primero porque ninguna de las soluciones mejores que la finalmente ejecutada, citadas todas al inicio de este artículo, se aprobaron. Segundo, porque en una acción a todas luces electoralista, la exconsellera del PP Gema Amor, hoy líder independiente y ejerciendo en la práctica como alcaldesa de Benidorm, se fue a negociar con Adif la creación de las lanzaderas sin contar con el ayuntamiento de Alicante, por cuyo término tenían que pasar, y encima alardeó de que lo había solucionado ella sin dar bola a Alicante. Si no conozco alcalde que deje que le toreen así, mucho menos lo iba a hacer Castedo, con la mala uva que se gasta. Así que se lió la mundial y ahí sigue encallado el barco. Amor se buscó la complicidad de Toni Mayor, que con tal de divertirse es capaz de sacarle los colores a la VI Flota -ya lo hacía cuando era el único concejal nacionalista del ayuntamiento de Benidorm-, y Castedo la de los taxistas de Alicante. Y en esas seguimos, mandándose todos los días unos y otros recaditos, pero sin arreglar nada. Por si faltaba alguien, ahora dice el Consell que habrá lanzaderas como las quiere Benidorm, «sí o sí». ¡No me digan que con tal de refichar a Gema Amor van a mandar el Ejército a tomar la capital!
