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El dilema del PSPV

Ximo Puig se enfrenta a un problema peliagudo en Elche una vez que ha saltado a la opinión pública las presuntas irregularidades en las afiliaciones. Y no nos engañemos, como me comentaba ayer un militante y exconcejal, las anomalías han salido a la luz porque hay una fuerte oposición a Antonio Rodes, hombre que como ya dije unió su destino político al de Alejandro Soler, que tras haber sido denunciado por su mujer por malos tratos y pese a haber sido absuelto, ha quedado muy tocado políticamente. Porque algunas agrupaciones han hecho «trapicheos» parecidos engordando censos de una forma desmesurada; es la manera más «democrática» de elegir al líder que guiará los destinos del partido en tu pueblo, pero o no les han pillado o han mirado hacia otro lado. Y ahora, con tanto parado, por sólo un euro, puedes entrar en una organización política que cree que va por buen rumbo y que ve más cerca poder destronar al PP en los principales feudos de la Comunidad Valenciana.

El secretario general de los socialistas valencianos lo tiene muy complicado. Lo ideal serían unas primarias abiertas, pero el Comité Federal sólo lo contempla para la elección del candidato a presidente de Gobierno o para presidente de una comunidad autónoma. Es verdad que desde el PSPV se está intentando buscar fórmulas que no vayan contra la norma impuesta por la federal. Además, esta vez sí, se quiere reflejar la sensibilidad de todos los simpatizantes que en la actualidad, a tenor de los acontecimientos que suceden en la ciudad de las palmeras, no ocurre. Un dato destaca por encima de los demás, Valencia ha dicho no a que sea la ejecutiva de Elche -mirada con lupa y recelo tras cargarse con alevosía y nocturnidad al anterior órgano de dirección con el objetivo de «liquidar» a Ramón Abad- la que investigue las presuntas irregularidades en las afiliaciones. Es una decisión lógica porque lo que no debe permitir el partido es que tomen el pelo al resto de militantes: uno no puede ser juez y parte.

Otra de las posibilidades que quedan es la de crear una gestora y redirigir el candidato que Valencia quiere para Elche. No sería la más democrática pero seduce al PSPV. Aunque aún no tienen nada claro quién puede ser el elegido, sí que cada vez toma más fuerza la apuesta por Carlos González -para desgracia de la alcaldesa popular, que quiere a Rodes o incluso a la última novedad, José Pérez, como contrincantes- y que viene avalado por uno de los históricos del partido, Diego Maciá.

Y también queda una tercera vía: Que se demuestre que todo el proceso ha sido absolutamente transparente y dejar que sea la asamblea local la que elija al candidato que se enfrentará a Alonso, con desempleados incluidos, que hay la tira. Me temo que en Valencia no están por la labor. Lo que es evidente es que los socialistas no están trasladando un proyecto político ilusionante a la ciudadanía, más preocupados por el que hay de lo mío. Supongo que no querrán que siga aumentado el número de parados, en el partido claro.

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