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¿Alquiler o hipoteca?

De hecho los españoles siempre hemos estado dándole vueltas y hasta en cierto modo criticando ese arraigado sentimiento que tenemos sobre el disponer de una vivienda en propiedad desechando al habitar en una alquilada. Es evidente que cuando hemos «echado» cuentas nos hemos percatado de que con lo que íbamos a pagar de alquiler podíamos pagar un préstamo o una hipoteca para comprar una morada y transcurridos unos años ese habitáculo pasaría a ser de nuestra propiedad, mientras que estando en régimen de alquiler lo que estábamos haciendo era el que el propietario tuviera ocasión de recuperar con creces lo que había invertido en la compra del piso que posteriormente alquiló. Lo que viene a significar que lo que el inquilino estaba haciendo era el posibilitar que otro fuera el propietario y no él.

Actualmente, dados los tiempos que corren, se vuelve a cuestionar la conveniencia de si alquilar o hipotecarse, aunque obtener una hipoteca hoy en día es algo casi imposible. En el caso del alquiler, si te quedas sin ingresos por no tener un empleo puede ocurrir, ocurre, que te desahucien y no vaya la cosa a más como se da en el caso de los procedimientos por impago de la hipoteca que no solamente te quedas sin techo, pierdes lo que habías pagado hasta la fecha de la pérdida de tu hábitat y que además tienes que seguir pagándole al banco el capital y los intereses pendientes. Pero todo esto viene dado por los malos tiempos que corren que no son más que una terrible consecuencia de la mala gestión de los políticos gobernantes y de la banca, por cierto todos siguen bien «colocados» conservan su empleo y sus opíparos sueldos y los que en el caso de algún dirigente de la banca, pocos, que haya sido despedido se ha ido con un buen puñado de euros como indemnización por haber llevado a la más terrible de las ruinas a las entidades financieras que comandaban. Se han ido de rositas y con su futuro resuelto.

Pero soy de los que creen que siempre es mejor un préstamo o una hipoteca para comprar un piso que vivir de alquiler. La razón es bien simple, en una situación de normalidad económica, algo impensable hoy en día, esto va para largo, muy largo, está claro que años antes de que alcances la edad de jubilación el inmueble será de tu propiedad, o sea, estará amortizado el préstamo o la hipoteca, pero? ¿qué sucede con el alquiler? Que este es de por vida y que cuando pases a depender de una pensión media, entre 400 u 800 euros al mes, que son la mayoría, te encuentras con que con ese dinero, insuficiente a todas luces, tienes que hacer frente al pago del alquiler y a los demás gastos domésticos, comida, ropa, luz agua, teléfono, artículos de limpieza, reparaciones, impuestos y otros gastos no previstos y es evidente que la pensión no da para todo eso y claro, lo primero es la comida, la luz, el agua, los impuestos, el Estado es inmisericorde en este aspecto y creo que en todos, lo que nos puede llevar a la situación de no disponer de dinero para pagar el alquiler, esto se da bastante entre los pensionistas que moran en régimen de alquiler y esto nos lleva a la también a la triste situación de vernos sin techo en una edad que ya no nos da más tregua para buscar soluciones. Cuando oímos hablar de desahucios la mayoría de ellos se refieran a que la causa es el impago de los plazos de la hipoteca, pero son muchos los que se llevan a cabo por impago de alquiler en unos casos por personas sin trabajo y sin ingresos, y bastantes casos se dan en jubilados a los cuales la pensión no les alcanza para cubrir las necesidades más perentorias. Cuando una persona está en activo, y si hay trabajo, siempre se las puede ingeniar para aumentar sus ingresos e ir saliendo del paso cubriendo sus gastos normales e imprevisto, pero la pensión es la que es y la situación del jubilado también y por tanto los límites económicos no se pueden ampliar. Hay que decir que soluciones si las hay para que un jubilado no se quede sin techo, pero estas pasan por que se pueda disponer de residencias de titularidad pública para acoger a estas personas mayores que se han quedado en la calle, que no las hay, las hay pero son a todas luces insuficientes. Cierto es que sí hay plazas en residencias de gestión privada pero estas no están al alcance de la mayoría por el alto costo de las mismas. Si a esto le añadimos la pérdida del desarrollo del Estado del Bienestar al que Rajoy y su Gobierno se han encargado de darle sepultura, está claro que poca ayuda pueden esperar los que pasen a ser «usuarios» de la indigencia.

En cualquier caso y parodiando a Shakespeare, acabo con mi reflexión de: ¿alquiler o hipoteca? Esa es la cuestión.

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