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Un patrimonio abierto

Las vicisitudes por las que ha pasado la colección de antigüedades o museo de Pedro Ibarra (1858-1934), desde aquel 16 de octubre de 1935 cuando el Pleno del Ayuntamiento acordó la adquisición de dicha colección a cambio del pago de una pensión a su viuda, han sido muchas. La venta de la casa donde se ubicaba esta colección, tras el fallecimiento de Isabel Martínez Nadal, viuda de Ibarra, en 1945, agravó la situación ante la inexistencia de un lugar adecuado donde guardar o exponer dicho Museo, convertido a partir de 1939 en Arqueológico Municipal. El riquísimo fondo documental y bibliográfico fue integrado en el Archivo y Biblioteca municipales donde, a pesar de algunas ausencias significativas, perfectamente conservado y catalogado, es aprovechado por los investigadores desde hace muchos años. Menos fortuna corrió la colección arqueológica, que hubo de pasar por varios almacenes municipales -incluida la antigua casa de las palomas del Parque Municipal-, con su consiguiente desorden y deterioro. Actualmente está depositada en los almacenes del MAHE donde, tras años de espera, se han emprendido tareas de ordenación y descripción de sus fondos, previas a un inventariado y catalogación imprescindibles para comprender el alcance de dicha colección y para determinar las piezas en exhibición en las vitrinas del MAHE que proceden de la misma.

Todas estas circunstancias hacen que todavía en nuestros tiempos sea posible localizar fondos de la colección Ibarra en lugares inusuales. Es el caso de un pequeño corpus documental aparecido recientemente en los trabajos de ordenación de fondos que se están llevando a cabo por el Departamento de Documentación del MAHE. El fondo está constituido mayoritariamente por prensa, en un buen porcentaje local, tanto posterior al año de defunción de Pedro Ibarra como anterior a la misma. En este segundo caso, las anotaciones manuscritas del propio Ibarra indicando «para archivar», «duplicado para guardar» o similar, no dejan dudas de su procedencia. A pesar de que bastantes números de tales periódicos ya se conservan en el fondo de prensa histórica de la Biblioteca Pública Municipal Pedro Ibarra, también se han identificado ejemplares que faltan en ésta y que servirán para seguir completando su imprescindible colección hemerográfica. Podemos resaltar, por ejemplo, la aparición de veintiún ejemplares del semanario La Idea: ciencias, literatura e intereses materiales (del no 11, 2 de marzo de 1879 al no 31, 22 de julio del mismo año), y del cual la biblioteca no conserva ninguno. El semanario se publicó entre el 22 de diciembre de 1878 y el 22 de julio del año siguiente, y en sus páginas, en forma de folletín, publicó Aureliano Ibarra algunas entregas de sus «Memorias de un viaje a Roma», publicación que quedaría inconclusa por el inesperado cierre del semanario y que su hermano Pedro completaría años después en La Semana (1908-1909). Pero, sin duda, aquello que más llama la atención en los documentos ahora localizados es un manuscrito original que recoge las gestiones realizadas por Pedro Ibarra, entre 1921 y 1924, ante distintas instancias para conseguir la protección del palmeral ilicitano.

Dicho expediente serviría de base para la redacción de su libro «Para la historia de Elche. Pro palmeras», publicado en 1931 por la imprenta Agulló de la ciudad. Ni uno ni otro se contaban hasta ahora entre los fondos documentales y bibliográficos catalogados que conserva el municipio. Hay que recordar que las citadas gestiones de Ibarra ante diversas personalidades de ámbito nacional dieron como fruto las primeras medidas oficiales de protección para nuestras palmeras y, sin duda, permitieron que, ochenta años después, nuestros huertos históricos fueran declarados Patrimonio de la Humanidad. En este mismo apartado, hemos de hacer mención de la presencia del trabajo «El bosque de palmeras de la ciudad de Elche» (1929), publicado en Berlín por el geógrafo alemán Otto Jessen (1891-1951), que se acompaña de una traducción realizada por Julio López, hijo del pintor José Ma López Mezquita. Este último, gracias a su amistad con Ibarra, adquirió el huerto que hoy conocemos como «de Mezquita», donde construyó un edificio-estudio, y fue en gran medida responsable de que nuestro erudito historiador fuera nombrado correspondiente de la prestigiosa Hispanic Society of America de Nueva York (1930). Respecto al conjunto de panfletos y ejemplares de prensa, adscritos a los años de la II República y de la Guerra Civil, también hallados, los suponemos reunidos por Alejandro Ramos Folqués, que sucedió a Ibarra al frente del Archivo Municipal. Nos encontramos también con ejemplares de los años 1934 a 1938 inexistentes en la biblioteca, como El ilicitano: órgano de la Sociedad Artística Orfeón Ilicitano, El Eco: Órgano Oficial de la Derecha Ilicitana, Adelante: Órgano de Expresión de Unión Republicana, El Obrero: Órgano del Partido Socialista y de las Sociedades Obreras o Elche rojo: Semanario Comunista Defensor de las Masas Obreras y Campesinas, entre otros. Abundando en nuestra suposición sobre su origen, ha sido hallada una carta dirigida al citado Ramos Folqués, como archivero-bibliotecario del Ayuntamiento de Elche, de parte del Instituto Internacional de Historia Social, fechada en Amsterdam el 25 de agosto de 1970, por la que se le solicitaba información sobre periódicos de tema social, con vistas a un trabajo sobre la prensa obrera de Víctor Manuel Arbeloa. La localización e identificación de todo este material supone un paso más en la tarea de recuperación y aprovechamiento del inmenso legado de Pedro Ibarra, tal y como fue su deseo. Todos estos materiales, como no puede ser de otra manera, van a ser incorporados de inmediato a los fondos documentales y bibliográficos que se conservan en el Archivo Histórico Municipal y en la Biblioteca Pedro Ibarra, donde podrán ser consultados por todos los ciudadanos.

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