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Un documento sonoro de gran valor

La relación del músico y compositor valenciano Manuel Palau Boix (1893-1967) con la Festa ilicitana se inicia en los años cuarenta del siglo XX, cuando, interesado vivamente por la música popular valenciana, se acerque con afán de estudio a nuestro Misteri. Sabemos que en agosto de 1944 acudió a contemplarlo tal y como él mismo relató dos años después en un artículo publicado en la revista «Festa d´Elig». Palau enmarca la Festa dentro del teatro religioso medieval y manifiesta que halló diferencias entre los cantos escuchados por él en Santa María y la transcripción musical que en 1901 publicara el musicólogo tortosino Felipe Pedrell. También indica que las partituras de las consuetas no concuerdan siempre con los cantos actuales y ya señala la necesidad de realizar una grabación, especialmente de los versos de la Virgen y del ángel de la Mangrana.

Junta Nacional Restauradora. Un mes después de su visita, en septiembre de 1944, Alberto Asencio escribía a Eugenio d´Ors, presidente de la Junta Nacional Restauradora del Misterio de Elche y de sus Templos, informándole de un proyecto que había sido propuesto a la Junta ilicitana para difundir la Festa en Valencia. Francisco Sánchez-Castañer, catedrático de Filología Románica de la Universidad de Valencia intentaba organizar en su cátedra un acto cultural sobre las características literarias y musicales del drama asuncionista. Indica en su carta que, «la parte literaria la haría yo mismo y la musical estaría a cargo del insigne maestro Palau, con el que hablé de esto en Elche y recibió mi idea con entusiasmo». Las disertaciones serían ilustradas musicalmente por algunos de los cantores ilicitanos vestidos de paisano. Sin embargo, esta participación no acabó de gustar a la Junta ilicitana y, según los datos conservados, el proyecto no llegó a materializarse.

En un nuevo trabajo publicado en «Festa d´Elig» de 1948 manifestaba Manuel Palau la necesidad de dar una mayor difusión al Misteri y volvía a insistir en la conveniencia de grabarlo en cinta magnetofónica. Anunciaba, además, una serie de sesiones de estudio sobre las consuetas en el Instituto de Valenciano de Musicología y Folklore, del cual había sido nombrado director recientemente.

En el año siguiente se localizan nuevos contactos entre Palau y la Junta Restauradora.

Renovación de una guitarra y el arpa del Araceli. Concretamente, en julio de 1949 contestaba el músico valenciano al arquitecto Antonio Serrano Peral sobre una consulta realizada respecto a la renovación de la guitarra y el arpa del Araceli, señalando la existencia en Valencia de una guitarra del siglo XIX que podría servir para el caso, aunque su propietaria no quería desprenderse del instrumento por tratarse de un recuerdo de familia muy querido. Sobre la adquisición de un arpa, señala Palau, «nada sé referente a la posibilidad».

Aunque en esa misma carta el músico anuncia su visita al Misterio en agosto del mismo año 49, por otra carta fechada el 15 de agosto, sabemos que finalmente no pudo acudir por problemas de salud. Tras manifestar su tristeza por dicha ausencia, insiste en su interés por estudiar la documentación musical de la Festa: «Me gustaría poder examinar el consueta más antiguo que en Elche se posea; daría ocasión a que me ocupara de la música del Misteri en mis clases de Musicología. Creo que a pesar de todo cuanto se dice cada año, la cuestión que atañe a una investigación seria y a fondo de la música del Misteri está todavía por empezar».

Dogma de la Asunción. Manuel Palau volvió a presenciar la Festa en agosto de 1951. Era la primera celebración tras la declaración del Dogma de la Asunción por Pío XII y se quiso dar a la festividad especial relevancia. Por ejemplo, actúo de Portaestandarte el célebre almirante alicantino Julio Guillén Tato. En esta ocasión Palau tuvo la oportunidad, por fin, de grabar la celebración en hilo magnetofónico. Fruto de sus amplios conocimientos y de sus estudios e interés por el drama asuncionista fue su nombramiento como vocal del Patronato Nacional del Misterio de Elche en 1953, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en 1967 y en donde tuvo la oportunidad de asesorar al organismo responsable de la Festa sobre cuestiones musicales. De alguna manera, Manuel Palau venía a ocupar la plaza que dejó vacante el también músico y compositor Conrado del Campo, tras su muerte en marzo del mismo 1953.

Diario INFORMACIÓN. Ese mismo año la revista «Festa d´Elig» y el número extraordinario de agosto del diario «Información» -dirigidos ambos por el periodista ilicitano Antonio Sánchez Pomares- publicaban su trabajo «Reflexiones sobre la música del Misterio de Elche». En el mismo pone de manifiesto la existencia de diversas transformaciones musicales, indica que la monodia y la polifonía de la obra aparecen yuxtapuestas aunque se intentaron armonizar en época remota y aboga de nuevo por una revisión de todos los documentos conservados con el fin de mejorar la interpretación. La localización hace unos meses de la grabación del Misterio realizada por Manuel Palau en el ensayo general del 13 de agosto de 1951, entre los fondos del archivo de la Diputación de Valencia, su restauración y su estudio por la musicóloga Maricarmen Gómez Muntané, ha permitido recuperar el registro sonoro de la Festa más antiguo de los localizados hasta la fecha.

A pesar de que el soporte material evidencia el paso del tiempo, podemos ahora trasladarnos más de sesenta años atrás y oír una Festa dirigida por el Mestre Pascual Tormo, «el Caragolet», con una María interpretada por José Orts Sánchez, el San Juan de Sixto Marco o un Ternari cantado por Antonio Orts, Juan Sempere, «el Panaer», y Carmelo Serrano. Y con una música de órgano anterior a los interludios introducidos por Óscar Esplá años después.

En definitiva, un documento sonoro de gran valor sentimental para la gran familia del Misteri y de un valor fundamental para el análisis de la evolución musical de la Festa.

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