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Se ven majos

emos tenido que asistir a cómo la expresidenta de las Corts se pavoneaba ante los micrófonos y ante las cámaras de lo majo que es su grupo parlamentario, de lo que la quieren y, por supuesto, en absoluto barruntaba que fuera a producirse novedad en el frente. Ayer, Milagrosa Martínez, procesada en la pieza número uno del caso Gürtel, esa en la que se habla de que, durante cinco ediciones de Fitur, selló varios contratos con la red que dirigía El Bigotes para el montaje del estand de la Comunitat cuando ella se encontraba al frente del departamento de Turismo, pues ayer, digo, pese al exhibicionismo desplegado, tuvo que dejar su escaño empujada por una situación insostenible.

Pero, hete aquí, que, a pesar de los pesares, tiene la intención de seguir presidiendo el municipio de Novelda. En base a qué, ¿a que en este otro grupo suyo también son muy majos? La manera de comportarse en la conselleria, y su situación judicial consiguiente, ¿la habilitan para desplegar la tarea municipal como si tal cosa? ¿Son dos o Milagrosa es una? No es extraño que les cueste tanto trazar la dichosa línea roja, si se tiene en cuenta que ni siquiera se aprecian reflejados en el espejo. O sí se miran, y es que les da igual ocho que ochenta.

La figura del primer presidente del nuevo tiempo que se instauró a través de las urnas, ahora que él lleva años sin que las sacudidas de la actualidad le afecten, va a volver a traer al primer plano los anhelos de una época ilusionante, en la que muchísimas cosas estaban por construir y en la que se suponía que, aquello que se fuese levantado entre todos, debía tener como eje conductor esa honestidad reclamada que envolviera las grandes aspiraciones ciudadanas. Viendo los comportamientos bendecidos, por una u otra vía hoy a nuestro alrededor, parece que hayamos perdido todos la memoria.

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