Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Servicios públicos prioritarios

En una época como la actual en la que todos los ciudadanos miramos y remiramos cada euro que sale de nuestras manos se impone saber dónde efectuar el gasto y esmerarse al máximo para evitar errores. Porque cuando sobra el dinero un fallo es perdonable, pero cuando está justo los errores se pagan. Y con un precio desorbitado. Porque destinar un dinero a una partida errónea puede desequilibrar para varios meses o años una economía familiar mermada en ingresos. Y la mayoría de las economías familiares lo están, por lo que los ciudadanos hemos pasado de hacer circular el dinero con esa alegría que era propia del periodo anterior al año 2007, fecha de inicio de la crisis, a un control lógico del gasto, pero al punto de que hasta los que disponen de más ingresos y podrían estar en condiciones de gastar más no lo llegan a hacer por un irracional e incontrolable miedo a no saber si el día de mañana lo van a tener, o que la situación pueda empeorar más de lo que lo está.

Me decía, por ello, un taxista, que es uno de los colectivos que más ha notado la crisis, que el mayor daño que se puede hacer en la actualidad para luchar contra la crisis es la difusión del mensaje del miedo. De esa transmisión de la sensación de que estamos peor de lo que realmente estamos, que es lo que ahora mismo está impidiendo el inicio del despegue. Porque el miedo frena las ideas, frena los impulsos para invertir y paraliza a los que en otras circunstancias pondrían su dinero en circulación para crear riqueza para ellos mismos y empleo para quien no lo tiene. Y es que prefieren tenerlo retenido «hasta que lleguen tiempos mejores», como se suele decir. Pero ¿cómo van a llegar estos si los que están en condiciones de invertir no lo hacen? Podemos preguntarnos.

Pues bien, si esta filosofía de la prudencia en el gasto y en la inversión es propia y característica de todos los ciudadanos, más lo está siendo en la Administración en donde, con las arcas poco llenas, se opta por restringir gastos y por seleccionar de forma muy cuidadosa en donde se invierte cada euro. Pero si esta es una filosofía adecuada para estos tiempos, lo que ha alterado a la ciudadanía es que a esta situación se ha llegado por una absoluta falta de control del gasto público, y por dedicar inversiones públicas con dinero de todos los ciudadanos a proyectos absurdos e innecesarios. Y es que parte de la culpa de ese vaciado de las arcas públicas lo encontramos en la nefasta administración que ha existido de «lo público». Porque como se pensaba que la «caja» no tenía fondo se sacaba el dinero sin pensar y sin fijarse en donde debía ir cada euro. Sin precisar las necesidades reales del país y donde hacía realmente falta invertir.

La situación ahora es otra y está claro que si en las economías familiares no puede haber errores tampoco los puede haber en la Administración. Pero si eso está claro lo que hay que destacar es que hay servicios públicos donde el gasto y la inversión es pieza clave en el país, so pena que, de no hacerlo, no podremos salir adelante nunca, al mismo tiempo que se deteriorarán al máximo las condiciones de vida de los ciudadanos. Y estas medidas o servicios son la educación, la sanidad y la justicia, así como la búsqueda de soluciones para fomentar el empleo. Porque sin mejoras en las condiciones de la educación no podremos luchar contra la pérdida de valores que está experimentando este país. Porque a nuestros jóvenes si tenemos que dejarle alguna herencia es una educación en conocimientos y en valores. Y si queremos acabar con lacras como la violencia de género es con la educación como lo podemos hacer. Del mismo modo, la sanidad es pieza básica de la calidad de vida de los ciudadanos. Debemos disponer de la inversión imprescindible y básica en la sanidad, e invertir lo que haga falta para que quien precise de atención médica la tenga. Y es que no hay nada más importante en la vida que la salud. Si no tienes esta lo demás no importa. Hasta tener problemas para encontrar trabajo. Nada en esta vida hay más importante que disponer de unos buenos servicios sanitarios que te dejen vivir sin dolor y sin las molestias que quien está carente de salud debe soportar. Y no hay que olvidar que sin una justicia de calidad tampoco el país saldrá adelante, porque los ciudadanos necesitan de una justicia fuerte, ágil y expeditiva que revitalice todos los sectores y que dé soluciones a todos los conflictos que hay en la sociedad. Desde poner coto a la red de corrupción que se apoderó del país, hasta dar solución a todos los litigios que existen hoy en día.

Por último, no debemos perder de vista la necesidad de nutrirnos de ideas que permitan crear empleo, de ayudar a quien quiera abrir un negocio, de ayudar a las empresas a crear puestos de trabajo y que estas utilicen estas medidas, también, para ayudar a los ciudadanos, no a contratarlos y despedirlos, porque de todo hay. Sin olvidar que debemos evitar introducir la explotación del trabajador con la excusa de la crisis. Como vemos, la coctelera de temas es amplia, como amplia es, también, la necesidad de que quien esté en la obligación de tomar estas decisiones esté acertado. Porque el margen de error ya es inexistente y los plazos se están agotando?

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats