Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Barça pierde constancia en su rendimiento

El de San Sebastián es un nuevo capítulo de una trayectoria que preocupa cada vez más a los barcelonistas. En la máquina azulgrana los pinchazos se están haciendo habituales según una frecuencia desconocida en los últimos años. No se le ha olvidado cómo se juega, sólo que el rendimiento ya no es tan constante. Da sensación de fragilidad como nunca desde los tiempos de Guardiola, pero es que todos los que han estado después del ahora técnico del Bayern Munich en el banquillo del Barcelona son conscientes de que nada volverá a ser como entonces. Por lo menos en el futuro inmediato. Con independencia de los resultados, a ver quién es que el que se atreve a predecir si el Barcelona va a ganar o no alguno de los títulos en juego. Lo que está claro es que este Barcelona ya no domina como dominaba.

Piqué fue muy claro en su día, cuando empezaron a detectarse las primeras grietas: «Dejemos de compararnos con el Barça de los seis títulos». Muy razonable lo que dice el internacional, únicamente que en el fútbol como en cualquier orden de la vida a los humanos nos gusta comparar. Vilanova por su parte había declarado que «siempre perderemos en cualquier comparación». Muy loable también, pero nada satisfactorio, sobre todo para el hincha más recalcitrante. Una tercera vía la ofrece Gerardo Martino, al que, vaya por delante, hay que concederle un mérito impresionante, porque en efecto hay que ser valiente para aceptar meterse en la plaza con un toro de este calibre, tan exitoso, tan lleno de muescas y pretender que la faena que se haga con él sea también de carácter inolvidable. Martino pone toda la carne en el asador, trata de recuperar viejas esencias, de hecho muchos jugadores llegaron a reconocer al comienzo de la etapa del argentino que estaban algo acomodados, pero hay limitaciones contra las que no se puede luchar. Como las físicas, tan decisivas en una actividad deportiva. No se puede correr a la misma velocidad a los 35 que a los 25, no se tiene tampoco la misma energía ni la misma fuerza. Todo esto es obvio, como lo es el factor «hambre», es decir la mayor o menor motivación que eres capaz de mantener para afrontar cualquier reto. El éxito es en principio embriagador y te anima a ir por encima de tus límites, pero el esfuerzo también pasa factura, y en esas está el Barcelona.

El equipo catalán es consciente de que lo esperan, de que los rivales lo afrontan como un partido especial, mientras que para quien ha ganado todos los títulos nacionales e internacionales posibles, y por si fuese poco alguno de ellos varias veces, es de lo más lógico pensar que no puedes emplearte de mano con la misma intensidad. De todos modos aunque la máquina de ganar títulos se parase aquí ya es una hazaña de un calibre nunca visto lo que han logrado sus maquinistas, que por otro lado son muy conscientes de algo tan elemental pero que muchas se olvida de que no se puede ganar siempre.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats