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Las mareas, construyendo caminos

Antes de que se produjera lo que llamamos crisis, había un movimiento asociativo, ciudadano, vecinal, que pasaba un poco desapercibido; lo mismo sucedía con los sindicatos y los partidos políticos. La movilización social, la participación de la sociedad, no era significativa. La crudeza, la brutalidad de la crisis: destrucción del Estado del Bienestar (desahucios, educación, sanidad, investigación, etcétera), empujó a muchos «indiferentes» a salir a las calles. En ese proceso el 15 M y otros grupos en un momento dado tuvieron una gran importancia. En 2014, cuando el Gobierno se empeña en decir una y otra vez que España se recupera y que ya se ven los frutos de su política, el conjunto de la población tiene cada vez menos derechos y menos recursos. Los numerosos «bancos» de alimentos no consiguen satisfacer una creciente demanda. Se sale así de la crisis: ricos más ricos y el conjunto de la población más pobre.

Lo que recientemente ha sucedido en Gamonal pone en evidencia que se puede hacer política de otra manera. La política no es ni debe ser patrimonio sólo de los partidos políticos, organizaciones necesarias en el actual sistema democrático. Conviene recordar una frase de Lenin: se puede pasar de la política, pero la política no pasa de nadie. Necesitar pasar por el quirófano, si recogen o no las basuras, el tipo de educación que reciben los niños y las niñas, todo, todo, pasa por decisiones políticas, por las instituciones.

En mayo próximo las elecciones al Parlamento Europeo se trata de un evento muy significativo: ¿el electorado se enterará de su importancia?, que las decisiones de este Parlamento repercuten en nuestra vida cotidiana. El fenómeno de las numerosas mareas y grupos tan activos, ¿cómo repercutirá en los resultados electorales?. Aún no es posible vislumbrar que puede pasar. Y otro factor: el electorado en general suele interesarse más cuando se trata de su ayuntamiento y de su comunidad autónoma.

Lo que es poco discutible es que hay un antes y un después. Los que se presenten sean de los partidos con representación parlamentaria o no, tendrán que hacer un esfuerzo: los discursos ambiguos, las promesas ambiguas, no despertarán ningún entusiasmo.

«Golpe a golpe, verso a verso»? escribía Antonio Machado en su poema Cantares. Las mareas, en España y en la Europa del austericidio, vienen a marcar el pulso de la fuerza de la ciudadanía, las ansiadas brisas de cambio, donde la democracia, por fin, alejada de las tutelas paternalistas, se convierta en el verdadero sentir de una sociedad en la que participe la mayoría social.

Las Plataformas de la Ley de la Dependencia, del Movimiento Feminista, STOP Desahucios, las mareas en defensa de la Educación Pública y la Sanidad Universal,? en su perseverante lucha por los derechos de los más desfavorecidos y por la igualdad, están marcando un hito que pone de manifiesto la madurez democrática y participativa de la sociedad española.

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