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Esta «peli» ya la he visto

Los mismos actores, protagonistas y secundarios. El mismo guión con la misma trama. Los mismos escenarios y en el mismo plató. Los mismos productores y el mismo director. Toda una película de terror. Una vez más, un alcalde de Monóvar puede no acabar su mandato y salir de la casa consistorial por la fuerza que da una moción de censura. La suma de la oposición, superior a la que representa el gobierno, puede volver a ser determinante para el cambio político. Los monoveros van a ver como el nombre de su pueblo vuelve a salir, por este motivo, en los medios. La Historia así lo dice.

Monóvar se ha convertido en una de las ciudades de España donde más se ha utilizado la moción de censura para defenestrar al alcalde de turno. Los dos grandes partidos, PP-PSOE, han sido, como siempre, los grandes perjudicados y a su vez, también, los grandes beneficiados.

La moción del año 1998 fue el punto de partida. Fruto de la guerra fratricida que mantuvieron Enric Peiró y José Ginés, cuando el PSOE ganaba por mayoría las elecciones y gobernaba de forma imperial. Aquella moción significó un punto de inflexión en los resultados electorales locales y en los gobiernos posteriores. Nunca más ninguna formación política consiguió la mayoría absoluta para poder gobernar. Los dos grandes tuvieron que echar mano de los independientes y de otras formaciones minoritarias para poder darle a Monóvar un gobierno que contara con la mayoría.

A cambio se instaló en la Plaza de la Sala 1 la inestabilidad. Cualquier enfado, riña, desencuentro o falta de talla política de sus protagonistas era motivo de los primeros rumores de moción de censura que con el paso del tiempo se convirtieron en realidad.

El punto álgido llegó en el año 2003. Las urnas volvieron a repartir suerte y esta fue como una pedrea lotera. Ni PP, ni PSOE consiguieron los 9 necesarios: los populares 8 ediles y los socialistas 6. El gordo fue a parar al GIMV de Emilio Orgilés que con sólo 3 concejales se hizo el amo y señor del cotarro. Los malos presagios empiezan a darse en el pleno de constitución de la nueva corporación: la lista más votada, el PP, accede al gobierno con Salvador Poveda de alcalde. Apenas transcurridos dos meses se presenta la moción de censura y el 18 de agosto, el candidato socialista, Juan Antonio Buendicho, accede a la alcaldía con el apoyo de los tres ediles independientes.

Se inicia un gobierno PSOE-GIMV con muchas diferencias de gran calado político entre los dos socios y con un PP vigilante desde sus atalayas de poder en Alicante y Valencia.

La cosa no funcionó y así el 9 de diciembre de 2004 hay un nuevo cambio de posiciones. El GIMV se enfada con el PSOE y se hace tan amigo del PP que le devuelve la Alcaldía a Salvador Poveda.

Así acaba la legislatura 2003-2007: con dos mociones de censura, con dos bipartitos diferentes, con un socio común, con tres gobiernos distintos y con la paradoja de que por ley un concejal sólo puede firmar en una misma legislatura una sola moción de censura, pero en Monóvar un partido firmó dos.

Ahora, recién estrenado el año los políticos monoveros pueden volver a reeditar un capítulo ya vivido en el pasado. El presente y el futuro, en el que todos se escudan para actuar, no les importa. Se vuelve a tropezar en la misma piedra: quítate tú para ponerme yo. Mientras, Monóvar se va convirtiendo, poco a poco, en una gran solar.

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