Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Déjà vu

Entre la presentación hace poco de VOX (el partido de Ortega Lara), el abandono de Vidal-Quadras de las filas del PP, la retirada de Mayor Oreja de las listas para las elecciones europeas y el desplante de Aznar en la convención de su partido este fin de semana, hay quien habla de un déjà vu al compararlo con el proceso de descomposición de la UCD. Lo cierto es que las filas del PP andan revueltas y quizá el detonante haya sido el anteproyecto de ley orgánica «para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada». Eso sí que es un verdadero déjà vu y lo demás son tonterías. Y si no se lo creen, continúen leyendo.

En febrero de 1983, ante el anuncio por parte del primer Gobierno socialista de la presentación ante el Congreso de los Diputados del proyecto de ley de despenalización parcial del aborto, el grupo parlamentario popular presentó una proposición de ley sobre «protección a los hijos no deseados en su concepción» que se parecía bastante al actual anteproyecto y que fue desestimada en su fase inicial. La ley de despenalización parcial del aborto se aprobó en octubre de ese año, pero no pudo entrar en vigor hasta 1985 debido a la interposición por parte del grupo parlamentario popular (encabezado por el padre del actual ministro de Justicia) del recurso previo de inconstitucionalidad, suprimido en 1985 y que ahora se intenta resucitar. En abril de 1985 el Tribunal Constitucional resolvió que dicha ley se ajustaba a la Constitución. Pero el grupo parlamentario popular, descontento con esa sentencia (la misma a la que ahora apelan), volvió a la carga mediante la presentación, un mes más tarde, de una proposición de ley sobre «protección de la vida concebida». No tengo espacio para contarles el contenido de la misma, pero imaginarán que su espíritu es similar al del anteproyecto que tanto rechazo está suscitando, dentro y fuera de las filas del PP y dentro y fuera de España. Ayer, en un Madrid tomado por quienes no estamos dispuestas a ceder ni un milímetro de nuestra libertad tan duramente conquistada se escucharon con más fuerza que nunca las mismas consignas feministas que se coreaban en los ochenta: «nosotras parimos, nosotras decidimos». Una manifestación masiva como las de entonces que seguro que a más de una le provocó la sensación de estar viviendo una realidad ya experimentada, un déjà vu que no hubieran querido tener jamás. Pero no. Esta vez es diferente. Antes partíamos de la nada pidiendo todo para conseguir un poco. Ahora, que casi lo tenemos todo en este aspecto no vamos a permitir que nos quiten nada. Ni siquiera un poco.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats