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La esencia patriarcal

El pasado lunes aparecía una breve noticia sobre el hallazgo del cadáver de H.A. (toda una odisea conseguir sus iniciales) en Níjar (Almería) y la detención de su expareja como presunto autor del asesinato. El martes, José Antonio C.F. confesaba ante la Guardia Civil haber matado a su esposa, Mª José, y a su suegra, Adela, cuyos cuerpos fueron encontrados en su domicilio de Cervo, un municipio de Lugo. Ese mismo día, la Guardia Civil de Córdoba daba cuenta de otro asesinato machista en Pozoblanco: Javier Fernández Pozuelo asesinó a su pareja, Mª de los Ángeles Santos López, y luego se suicidó. El miércoles los bomberos acudieron a un inmueble de una calle del madrileño Usera por una fuga de agua: encontraron en la bañera a Patricia Souza Leal, sin vida ya, con un puñal clavado en la espalda. La Policía baraja la hipótesis de que se trate de un asesinato machista. El jueves, en el tinerfeño pueblo de Arona, M.Z.L.S. fue asesinada a puñaladas por su pareja, G.H.H., que está ingresado en el hospital porque después de matarla se arrojó desde la azotea.

¿Han contado bien? Son seis mujeres asesinadas en cuatro días consecutivos. No olviden que el cinco de enero se encontró calcinado en una parcela de Vilanova i la Geltrú el cuerpo de Nùria, presuntamente asesinada por su pareja, Antonio S.A., que fue detenido por la Policía Local. En total, siete asesinadas por violencia machista en estos primeros 16 días del año recién estrenado. Casi nada.

¿No se habían enterado? No me extraña, porque no han ocupado ninguna portada, ni monopolizado tertulias radiofónicas o televisivas, ni tampoco, me temo, las conversaciones que ustedes mantienen sobre temas de actualidad. No ha habido, fuera de los lugares de residencia de las víctimas (y a veces, ni eso), protestas masivas ni declaraciones oficiales de condena. Nada. Un silencio lacerante. Apenas tardías, clónicas y cínicas notas de prensa que hay que buscar en la web del Ministerio presuntamente competente ¡Cómo cambiaría la cosa si fuesen asesinatos de ETA! ¿Se imaginan? Me podrán decir que no es lo mismo; que no hay ninguna organización detrás; que son locos o que estos asesinatos no tienen ninguna conexión entre sí, pero sí la tienen. Se llama patriarcado y ésta es su cara más visible. Su esencia última es considerar a las mujeres como objetos y no como sujetos. Y los objetos se poseen, disponiendo de ellos según la voluntad de quienes creen ser sus dueños. Es esa misma esencia la que impregna el anteproyecto de reforma de la interrupción del embarazo que pretende convertir a las embarazadas en objetos cuyo destino dependa de voluntades ajenas. Entonces, si comparten esencia ¿por qué no su repercusión?

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