Lo reconozco. Nunca he pisado ninguna de las siete maravillas del mundo. Tampoco he visitado los lugares más espectaculares de nuestro país, ni tan siquiera conozco los de nuestra comunidad€ No lo he hecho pero, eso sí, los vertederos de basura de nuestra provincia, esos, me los conozco todos.

Y no, no es que pertenezca a ninguna de las empresas adjudicatarias de dichos servicios, es que, simple y llanamente,en los vertederos viven algunos de esos animales que me muero si no ayudo y protejo.

Se trata de un grupo infinito de perros y gatos que entregaron su alma a sus dueños a cambio de un puntapié en el trasero€ Los hay grandullones especializados en su día en proteger que hoy, sin embargo, vagan totalmente desprotegidos. Otros, grandes ladradores antaño, hoy malviven en silencio, afónicos de tanto llamar a sus dueños sin que nadie les responda. Y muchos, muchísimos, que son invisibles. Perros y gatos que viven allí pero que sólo puedes ver si, de verdad, quieres mirar.

Hemos rescatado, a lo largo de estos años, a todo tipo de animales que vivían entre botellas vacías, fermentaciones que herían el aire y montañas de desperdicios de todo tipo. Y no crean, no sólo de compañía, por increíble que les parezca hasta monos e incluso tigres recogimos recientemente de alguno de ellos.

Quizás por eso, ahora, no puedo dejar de acordarme de Luna, Canela, Bruma, Tobías y tantos otros, la mayoría perros y gatos, que fueron abandonados como juguetes rotos en medio de la calle.

Siempre me he preguntado por qué acabaron todos ellos viviendo en el vertedero ¿Por qué? Pienso que, seguramente, a fuerza de ser tratados como basura, al final creyeron que lo eran. Y así acabaron viviendo entre cosas que, como les ocurre a ellos, nadie quiere.

Pero no ¡Dios! Ellos no son basura. Son amistad en estado puro, un soplo de cariño en cada gesto o mirada. Compañeros incondicionales, capaces de vivir rodeados de suciedad y porquería, antes que manchar el recuerdo de sus dueños con un mal pensamiento.

Basura, en todo caso, son aquellos que los regalan, compran o adoptan para luego abandonarlos.

Así que, si piensas regalar un animal de compañía, hazlo responsablemente.

Recuerda, no regales basura, si regalas, regala amor.