En este recién estrenado 35 aniversario de la Constitución española ha sonado con más fuerza que nunca el ruido de los tambores de reforma constitucional. De entre los artículos en prensa publicados en estos días sobre la oportunidad o no de dicha reforma y qué aspectos habría que reformar, sólo en uno he visto mencionado el aborto. Se refería este artículo, entre otras reformas, a la necesaria actualización del catálogo de derechos fundamentales y me llamó la atención que el autor señalase que la misma debería pronunciarse sobre la admisión o no del aborto «y bajo qué condiciones». Les prometo que me lo leí un par de veces más porque no lo podía creer. Lo que afirmaba este autor sin decirlo expresamente es que, en el hipotético caso de que se reconociera de forma específica el aborto, se está pensando que se haga en determinadas condiciones y no de forma libre. La cuestión es tutelar a las mujeres que, obvio es decirlo, somos las únicas que podemos abortar porque sólo nosotras nos quedamos preñadas. Eso supone tomarnos a todas por irresponsables porque sólo las personas sin responsabilidad, bien por sus condiciones psíquicas o por una presunta inmadurez moral (minoría de edad), tienen limitada su libertad y están necesitadas, por tanto, de tutela en sus decisiones más íntimas y personales.

Vamos a ver, señores, ya está bien de tanta tontería: ¿Creen de verdad que una mujer continuará con su embarazo sólo por el placer de abortar cuando esté avanzada la gestación? ¿En qué mente calenturienta cabe esa aberración? ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI se pueda plantear que una Constitución democrática no reconozca el derecho a la vida y a la libertad de todas las personas? Sí, he dicho personas, lean bien; no proyectos de personas, ni vida en formación, ni embriones ni fetos. ¿Y acaso las personas no somos sexuadas? ¿Y no es el sexo femenino exclusivamente el que gesta y alumbra? Entonces señores, como dice la exsenadora Mª Dolores Pelayo en la película documental «Las Constituyentes», si ustedes no tienen que abortar ¿por qué se tienen que meter en todo y opinar de todo?

Quiero recordarles que el próximo martes 10 de diciembre es el 65 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ratificada por España y por otros muchos países. El artículo 3 de dicho texto proclama: «Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona». Convendría tener en cuenta, para una futura reforma constitucional, dar cumplimiento a este artículo y reconocer que las mujeres, aunque embarazadas, no dejan en ningún momento de ser individuos y, por tanto, titulares de los citados derechos.