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Isabel Vicente

¿A qué esperan?

Cuando uno pasa por la circunvalación es imposible no fijarse en los montones de escombros y basura de los solares de Rabasa. Las denuncias ciudadanas recogidas periódicamente por este diario no parecen tener efecto y aquello sigue acumulando mierda sin que nadie haga nada por sanearlo aunque sólo sea para que quienes pasan por allí no se lleven la imagen de que Alicante es un estercolero. Ahora, con la instalación de la Feria de Navidad, la imagen es todavía más esperpéntica. Ver la gran noria rodeada de basura causa, cuanto menos estupor, si no vergüenza. El sábado se inaugura y no parece que el Ayuntamiento vaya a dar la orden de limpiar los solares antes porque, según señala la concejala Oti García Pertusa, no se puede entrar a limpiar «de un día para otro», lo que ya tiene guasa teniendo en cuenta que aquello lleva hecho unos zorros desde hace meses. Como los solares son de propiedad privada, dice la concejala que hay un proceso administrativo que obliga primero a multar, luego a ver si alegan, luego a contestar y luego, si aún andamos vivos, a limpiar. O sea, que podemos pasarnos las navidades contando los montones de basura desde lo alto de la noria. En mis escasas entendederas creía que cuando los propietarios de un solar no lo tenían en condiciones, el Ayuntamiento podía limpiarlo y luego pasar la factura a los dueños. Tal vez no sea así, pero me cuesta creer que el Ayuntamiento no tenga medios legales para limpiar aquello ya y evitar el bochorno de tener a los críos el sábado esquivando la basura mientras comen su algodón de azúcar.

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