Señor diputado usted no necesita dinero/
juez iluminado por cuánto vende usted su perdón./
Señor presidente acaso no le importa la gente./Señor comisario te quitas el mono a nuestra costa./Me esposan las dos manos/ me encadenan los pies/me enseñaron los dientes creo que me va a morder...» Esta estrofa, perteneciente a la canción de Extremoduro «Estado policial», es en lo que parece quiere convertir el ministro Jorge Fernández Díaz a este país con su anteproyecto de ley de protección de Seguridad Ciudadana. Y es tanta su influencia, la del Gobierno, que incluso la Universidad, santuario del conocimiento, de inquietudes y de libertad, está también en el punto de mira de esta corriente retrógrada que nos invade en los dos últimos años. Y es que el rector Jesús Pastor entró ayer con toda la caballería en la Universidad Miguel Hernández para echar, «fichar» y advertir a los alumnos que habían pasado la noche en el recinto que se tomarían medidas contra actitudes de todo punto reprobables. Ir contra la LOMCE de Wert o reivindicar libertad de asociación es lo que tiene. Los alumnos, medio centenar y nada fieros -igual sus padres ya les advirtieron lo que fueron los grises- se marcharon de forma pacífica y un tanto desconcertados ante semejante despliegue. Al poder le molesta llevar el malestar social a la calle y a los centros del pensamiento. Así que quedémonos en casa, no alcemos la voz y no reaccionemos ante tanta podredumbre.
