Si uno lee, oye o ve las declaraciones que a diestro y siniestro hacen los dirigentes del PP de la Comunidad Valenciana de un tiempo a esta parte la única conclusión que puede sacar es que nunca han gobernado en esta autonomía. Ellos no han hecho nada y no son responsables de nada. La entrevista que publicó ayer este periódico con el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, es un manual de cómo esta formación reconoce que las cosas en esta región están mal, muy mal, al tiempo que se mira a otro sitio en busca de culpables. El colmo de este descaro político, que riza el rizo del yo no he sido, quedó plasmado al admitir el conseller que en tiempos pasados pudieron producirse excesos en el gasto, que se podían haber evitado no haciendo algunas obras o eventos, pero «cuando se hicieron todo el mundo las aplaudió». O sea, que si alguno hace un esfuerzo mental y señala a los populares como únicos gobernantes de las principales instituciones en esta autonomía desde el año 1995, y por tanto únicos responsables de la bancarrota en que se encuentran la mayoría de las administraciones públicas de la Comunidad Valenciana siempre pueden justificarlo porque ¡oiga, que la gente aplaudía a rabiar! Y pelillos a la mar... Pero no. Las cosas son un poco más serias y mucho más graves y por respeto a los cientos de miles de ciudadanos que lo están pasando mal con esta crisis económica, que han perdido sus trabajos, sus casas, que han visto rebajados sus sueldos, y a los que se les han subido los impuestos para tapar los agujeros de la contabilidad pública nos merecemos un análisis mínimamente autocrítico, admitiendo culpas y señalando a responsables y no, como parece que hacen, que nos tomen por tontos. Ya está bien de tapar las vergüenzas a los responsables de semejante desaguisado. Con quien está en deuda Fabra es con las personas a las que se les está haciendo pagar el pato y no con Camps, Olivas o Zaplana. Y entérense de una vez, ya no les quedan ni palmeros porque no pueden seguir pagándolos.