Si no hubiera sido por la doctrina Parot, esta debía haber sido la «semana triunfal» del equipo económico del Gobierno: por primera vez, tras nueve trimestres de caídas, el PIB crecía (un modesto 0.1%) y el paro se situaba ligeramente por debajo del 26%, tras el mejor verano a nivel de empleo de los últimos años. Ahora bien, ¿es cierto que ha comenzado la «recuperación», como publicitan fuentes oficiales o, simplemente, hemos dejado de caer?

Para responder a ello, José Ignacio Conde Ruiz, subdirector de FEDEA, mostraba en su cuenta de Twitter un gráfico demoledor: al comparar las tres grandes crisis de la democracia (1976-1985, 1991-1994 y 2007-?), se observa que la más nociva en destrucción de empleo ha sido la actual (con una pérdida que se acercará al 20% a principios de 2014, frente al 14% de los 80 o el 8% de los 90). Y aunque la curva señala que la pérdida neta de empleo está a punto de terminar€ estamos muy lejos de recuperar el 8% de paro con el que comenzó la crisis, hace seis años.

Incluso si obviamos otros puntos oscuros de la EPA (como que los parados de larga duración se acerquen al 40% del total, que el paro baje por descenso de la tasa de actividad y huida de extranjeros y jóvenes al exterior o que no deje de aumentar la temporalidad) y pese a que hay sectores que funcionan (récord de turistas y de exportaciones), queda camino por recorrer en materia de: fiscalidad (tener impuestos altos no implica recaudar más), capitalismo de amiguetes (dejar de usar el BOE para satisfacer los intereses del palco del Bernabéu) o favorecer la mentalidad emprendedora, en lugar de fiarlo todo a una nueva burbuja inmobiliaria. Porque da la impresión de que, si las cosas mejoran (lentamente) y no hay conflictividad, nuestros políticos (del color que sean) no tendrán ningún incentivo para reformar a fondo.

Cómo lo ven. Handelsblatt advertía del riesgo de burbuja inmobiliaria en Alemania, al estimar el Bundesbank que el precio de los pisos en las grandes ciudades germanas están sobrevalorados en un 20%. No obstante, no se espera que la situación llegue a los niveles de EE UU o España: por un lado, la parte de compra a crédito de un inmueble tiene menor peso que en dichos países; por otro, los bancos alemanes son más restrictivos al conceder un préstamo.

Wprost se quejaba de que los empleados polacos se han convertido en los chinos de Europa, tras la decisión de Amazon de abrir tres grandes centros logísticos en aquel país, lo que supondrá la creación de 2.000 trabajos permanentes€ y 3.000 temporales. Según este diario, las autoridades locales se equivocan al aplaudir la llegada de la empresa de Bezos, ya que confirma la idea instalada en el exterior de que Polonia es un país de mano de obra barata y no un modelo empresarial innovador.

Cómo nos ven. The Atlantic no dejaba de mostrar su sorpresa ante la reacción de la población española tras seis años de crisis. Mientras en Grecia la gente no ha parado de hacer huelgas, en Portugal y en España€ no se deja de ir a la playa o a los bares y las calles se llenan con músicos y artistas de todo tipo. En contraste con otros países, es difícil ver escenas de miseria en Madrid o Barcelona, mientras se conservan infraestructuras (AVE) o prestaciones de desempleo y sanitarias imposibles de ver para la mayoría en EE UU.

The Guardian reseñaba la «utopía comunista» instaurada por el carismático José Manuel Sánchez Gordillo en Marinaleda («con barba de profeta y actitud demagógica»). El cronista concluye, tras repasar el sistema cooperativista que impera en el pueblo de 2.700 habitantes, que el modelo que podrían esgrimir los indignados del 15M o de Occupy Wall Street ante los excesos del capitalismo podría residir en esta pequeña población andaluza.

Qué se cuece. 233grados.com destacaba la irrupción de Pierre Omidyar, el último «millonario tecnológico» (al estilo de Jeff Bezos) que llega al mundo del periodismo. De origen francés pero criado en Washington, el fundador del portal eBay ha fichado a Glenn Greenwald, periodista estrella de The Guardian, para impulsar una «organización mediática de masas» desde cero (y cuyo nombre aún no se sabe), con el objetivo de convertir a lectores comunes en «ciudadanos comprometidos».

Marketing Directo se hacía eco de las declaraciones del experto en medios Ken Doctor, en un congreso de profesionales en Munich. A su juicio, el futuro de los medios pasa por poner fin a la gratuidad en la red, apostando por modelos de negocio que apelen individualmente a los lectores. Además, las empresas deben invertir en contenidos de calidad, aprovechando que los costes de impresión (en el mundo online) desaparecen del apartado de gastos.