O, no es que Adriano se hubiese ido del mundo del arte. Siempre ha estado allí pero su dedicación, en forma casi exclusiva, a la política cultural que desarrolló como responsable de la misma en el ayuntamiento de Mutxamel durante los últimos años, nos había hecho perder la pista de un excelente artista y mejor persona.

A Adriano, hijo del también excelente escultor alicantino Adrián Carrillo al que un día, espero que no demasiado tardío, homenajee la ciudad de Alicante, le recuerdo hace un millón de años (él no es tan mayor) trabajando en el estudio paterno de San Blas y en su casa llena de niños, dibujos y esculturas en el piso de Donoso Cortés, cuando su militancia sindical en USO le hacía hablar más de política que de arte, del que tanto sabe. Adriano, digo, llevaba un cierto tiempo, al menos para mí, alejado de las exposiciones. La última que recuerdo fue el invierno pasado en el complejo municipal alicantino de Las Cigarreras, donde sus esculturas e infografías, título que repite en la exposición inaugurada en la Casa Municipal de Cultura de El Campello, causaron un enorme revuelo para los que hacía tiempo que no contemplaban sus nuevas creaciones.

Ya en el verano anterior, en una exposición homenaje al pintor alemán Pau Lau, Adriano nos mostró dos espléndidas esculturas que formaban parte de la muestra que el Banco de Cultura, brillante idea del añorado Arcadi Blasco, amigo de Adriano y de tantos otros, presentó en la Casa de Cultura de Villena. Adriano Carrillo volvía por sus fueros recordando aquellos viejos tiempos en los que formó parte del Grup Integració, junto a Lau, Candela o Mora, donde el informalismo matemático y la abstracción tomaban cuerpo en nuevos materiales que dejaban atrás aquellas maderas que formaban inverosímiles escaleras ascendentes hacia el infinito y de las que algunos todavía guardamos en casa como oro en paño.

En Villena gozamos del Adriano de siempre, el amigo de Javier Lorenzo, María Chana, de Vicente Rodes, de Pepe Azorín, de Molinero Ayala, de Rafa Hernández. Allí nos contó sus proyectos en cuanto a exposiciones. Y bien que los ha cumplido.

La muestra que presenta en la Casa de Cultura de El Campello,que tan acertadamente coordina Pere Reig, se mantendrá abierta del 5 de octubre al 16 de noviembre próximo, da fe de ello. Y en la expectante inauguración estuvo casi todo el mundo que tiene algo que decir sobre el mundo de la plástica en esta provincia.

Lo dicho, Adriano Carrillo vuelve. Y para quedarse.