Desde hace mucho tiempo me hago una gran pregunta en relación con mi profesión: ¿Están capacitados los municipios para tener un cuerpo de Policía Local propio? La respuesta está clara y todos los que conocemos esta profesión y nos sentimos un poco garantes de la legalidad la sabemos: NO. Y la repuesta es la misma en todos los municipios, da igual que hablemos de municipios grandes, pequeños o medianos, la respuesta sigue siendo NO.

Mi reflexión comienza por el aspecto económico, tan de moda en la actualidad. Los municipios no tienen la capacidad económica de soportar un cuerpo de Policía Local en condiciones. No solo hago referencia a los sueldos de los funcionarios, escasos desde mi punto de vista, pero claro qué voy a decir yo, sino que me refiero a los medios con los que contamos para desempeñar nuestras funciones en las que a veces nos jugamos la vida. Pocas veces he visto dotado un patrulla policial con el equipo adecuado para poder atender cualquier tipo de servicio. Últimamente estoy patrullando en vehículos que no cuentan ni siquiera con linternas, extintores, mascarillas de RCP y ni que decir de chalecos antibala que se han ido evaporando hacia otras unidades mas operativas que los simples patrulleros. Esto sin contar con el pésimo mantenimiento de los coches patrullas, que cuentan con las ruedas y los frenos gastados, direcciones en mal estado, radios de comunicación estropeadas y ausencia de limpieza en general. También hay que decir que algunos agentes no hacen mucho para la conservación de sus instrumentos de trabajo. ¿Y las motocicletas? A veces da verdadero pánico subirse a una por el estado que presentan. Menos mal que al menos nos dan cascos de protección que a los seis meses se desintegran pareciendo los agentes auténticos «Cyborg del futuro», equipación se han cobrado a precios similares a los que usan los pilotos de moto GP. Todavía estoy esperando que a la unidad de motorista a la cual pertenezco se nos dote de equipación adecuada por si algún día vemos de cerca el suelo, como ya nos ha pasado a mas de uno, dejando parte de nuestra piel como parte del asfalto. En este aspecto, por lo que puede observar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no están mejor que nosotros.

No menos importante es el aspecto de obediencia debida del alcalde de turno, muchas veces con menos titulación académica que el «guardia», que es como les gustan llamarnos por la Vega Baja, que se cree que la Policía Local es su ejército particular y que solo sirve para abrir y cerrar dependencias o llevarle el periódico los domingos a su despacho. Los alcaldes, una gran parte de ellos, son aquellos personajes que están por encima del bien y del mal y que están puestos por Dios para repartir justicia divina salvo, claro está, a sus amigos y afiliados políticos que merecen el perdón del todo poderoso.

Y qué decir de los sistemas «imparciales» de selección de personal. Son escasos los municipios donde no se cuela el amigo de un político o sindicato y, cuanto mas grande el municipio, peor. Que se lo pregunten a algún compañero interino que lleva opositando mas de 5 años y ha visto cómo gente que da vergüenza verla con el uniforme ha aprobado una de las oposiciones con mas pruebas que conozca, ¡Los milagros existen!. Aún recuerdo la conversación de un compañero que me decía que al lado suyo, en el Ivaspe, tenia sentado a un compañero con discapacidad psíquica. Por no hablar de la provisión de las plazas de mandos intermedios donde encontramos a los más incompetentes de la Policía, salvo excepciones claro está.

Mención aparte tienen las jefaturas de la Policía Local. Requisito indispensable debería haber sido agente de Policía para desempeñar las funciones de dirección. Cuánta incompetencia y peloteo hay en las jefaturas. Es la consecuencia de deberle muchas veces la plaza al político de turno, pero también los hay que cambian de color político como de camisa. ¿Tan difícil es que la Policía Local dependa de entidades supramunicipales para garantizar la independencia e imparcialidad de sus agentes y mandos?.

Pero señores, tenemos lo que nos merecemos. Pero siempre hay alguien que intenta cambiar la situación, en ello estamos y no somos pocos. Por la dignidad de la Policía Local.