Mucho se ha hablado estos últimos años de Ikea, de su llegada a Alicante, de su ubicación, de dudosas maniobras de Castedo y Alperi para beneficiar a su amigo, el rey de las contratas Enrique Ortiz.

Sin embargo y para desgracia de los más de 40.000 alicantinos en paro, poco o nada se ha hablado del empleo que esta inversión sueca podría generar en nuestra ciudad. De ahí que ahora algunos no entiendan ni compartan la postura del PSOE en este asunto. Y por eso hoy escribo estas líneas, para que la gente sepa que, independientemente del ruido mediático y partidista, nuestra agrupación sólo tiene una cosa en mente cuando se trata de Ikea: Alicante y el empleo.

Se trata de un proyecto que generará miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, pero por el que hay que ponerse a trabajar en serio de una vez por todas, lejos de demagogias y frases rimbombantes para conseguir un puñado de votos. Los socialistas lo decimos claro y sin ningún temor: Ikea sí, pero haciendo las cosas bien. La multinacional sueca tiene libertad mercantil para instalarse donde crea más conveniente para sus intereses, porque no olvidemos que se trata de una empresa y, como todas, no es una ONG, busca hacer negocio. Y esta ciudad no puede permitirse, tras años de retrasos por el empecinamiento de Castedo y el PP, que Ikea se vaya a Elche o Mutxamel. Y eso sucederá si desde lo político se le siguen poniendo trabas ridículas, partidistas y feudalistas.

Eso sí, Ikea tiene que suponer un verdadero impacto económico para Alicante. Los socialistas queremos que llegue cuanto antes -tendría que estar funcionando desde 2011- pero queremos también que los alicantinos se beneficien de esta llegada. Por eso, proponemos que la multinacional asuma el compromiso de que al menos el 80% de los puestos de trabajo que se generen sean para alicantinos y alicantinas y en igualdad de género. Pedimos también que el 80% de las empresas auxiliares contratadas tengan sede en nuestra ciudad. Y exigimos al Ayuntamiento que el 50% de los impuestos recaudados -por licencia de apertura, actividad,?- se destine a un plan de empleo juvenil y a incentivar el comercio local en materia de innovación y desarrollo para que puedan competir mejor con la multinacional. En definitiva, los socialistas queremos que Alicante y los alicantinos sean los beneficiarios de la llegada de Ikea, no Ortiz o ciertos amigos del PP.

Pero algunos, lejos de querer mejoras para su ciudad y proyectos que impulsen a Alicante a los puestos de cabeza de nuestro país, lugar que ya no ostentamos por la desastrosa gestión del PP durante los últimos 20 años, se empecinan en confundir a la ciudadanía con discursos arcaicos y por no querer no quieren ni el AVE. La gente lo está pasando realmente mal. Muchos niños no tienen nada que echarse a la boca. Hace poco me impactó sobremanera el hecho de que niños de la zona norte de Alicante busquen comida en las papeleras de sus colegios durante los recreos. ¿Pero qué clase de sociedad estamos creando? Lo que necesita la gente es un empleo digno que le ayude a superar esta tremenda situación que atravesamos. La línea que separa a una persona de la pobreza es tener o no tener un puesto de trabajo, y en el PSOE no paramos de luchar por ello.

Eso sí, para que la llegada de la multinacional sueca sirva realmente de algo, para que realmente se genere empleo neto, Alicante tiene que prepararse desde ya y que no nos pille el toro como ha pasado con el AVE. Está claro que los suecos vendrán con una gran superficie comercial anexa, porque hace tiempo que su negocio dejó de ser vender sillas. Por eso, para no vernos obligados a cerrar los otros centros comerciales de la ciudad, lo que hay que hacer es luchar por su especialización. No podemos tener cinco moles de cemento semivacías porque todas ofrecen exactamente lo mismo. Debemos hacer que se especialice cada centro comercial en un determinado sector, convertirlos en clústers comerciales. Porque si no, los puestos de trabajo que se generen con Ikea se perderán por el cierre casi seguro de otras grandes superficies.

Queda muy bonito hablar de ideas utópicas con la que está cayendo, pero lo que ahora mismo necesita la ciudadanía es que los políticos nos arremanguemos para trabajar por los 40.000 alicantinos que no tienen empleo ni futuro. ¿Qué prefiere la gente, que Ikea llegue cuanto antes o que se vaya a otra localidad y los beneficios, empleo y sinergias comerciales se queden allí? ¿Qué prefiere la gente, que lleguen miles de turistas en AVE que gastan su dinero en la ciudad o que, cansados de tardar 4 horas desde Madrid, elijan Málaga o Valencia como destinos? Los socialistas y, a mi humilde entender, los miles de alicantinos en paro, lo tenemos claro, queremos empleo digno y de calidad, no utopías maravillosas que quedan muy bien en prensa pero que no sirven para llevar el pan a la mesa. Los socialistas queremos gobernar esta ciudad, pero estamos dispuestos a correr el riesgo de no hacerlo con tal de defender a la gente que peor lo está pasando. No vendemos humo como el PP ni utopías para intentar ganar algún concejal más y, que nadie se engañe, alguna dedicación más, como hacen otros.

Y es que, mientras algunos sólo se dedican a tirar piedras en el camino del futuro de Alicante, nosotros hacemos iniciativas para generar empleo, sobre todo el juvenil, donde superamos ampliamente la media de paro del país. Y ahí estaremos siempre los socialistas, trabajando para que la gente pueda llegar a final de mes con dignidad. Las utopías las dejamos a un lado, hasta que hayamos logrado lo primero. Lo dicho, nuestra obsesión: Alicante y el empleo.