Vamos a ver; dijo un ciego!, con permiso de mi amiga Maite, jefa de los invidentes. Si ellos mismos no se ponen de acuerdo, ¿cómo quieren que nos creamos que lo que pretenden hacer es lo mejor para la Villa y Corte?. ¡Chico, calla!. Me hace gracia que a R. B. se le cuelgue ahora el «cartelico» de díscolo, disidente u oficialista cuando la maestra en intrigas palaciegas es The Princess, juntamente con el propio R.B, o ¿es que nadie recuerda la que le liaron a Josep Manel Medina en las postrimerías de su última legislatura como alcalde y las artimañas -dicen que fue una «hijaputez»- que utilizaron sus «esbirros» para cargárselo de la presidencia local de los «gavioteros»?. Si se tiene mala memoria es bueno acudir, aunque sea una vez en la vida, a las hemerotecas para recuperarla. Y en el palacete del marquesado de Arneva parece que hay gente que tiene que tomar reconstituyentes para acordarse, incluso, de cómo se llama, dónde está y, como cantaba Perales, a qué dedica el tiempo libre. Lo que pasa es que se me antoja que no quieren despertar viejos fantasmas para que no les estrepeen el efecto boomerang, que ya se sabe lo que es (no me da la gana de recordarlo, porque, para algunas cosas también tengo mala memoria). De todas formas, la más bella entre las bellas es consciente -debe serlo- de que ¡quien a hierro mata a hierro muere! o que «a todo cerdo -con perdón y sin ánimo de ofender- le llega su San Martín». ¡Vamos, que el ejemplo más palpable de que en la guerra y en la política no hay ética lo tenemos en la Esquina del Pavo!. ¡Más madera, es la guerra! (Groucho Marx). Mientras, el equipo que nos desgobierna se ha «enrocao» y ha hecho suya aquella máxima que popularizó el ejercito republicano en la Guerra Civil española durante la defensa de Madrid: ¡No pasarán!.

¡Y a mí que me da que todo obedece a una estrategia perfectamente diseñada por la propia The Princess, al más puro estilo Dolores Ibarruri «Pasionaria», para dinamitar su partido y que salga el sol por Antequera!. Me explico: tenso la cuerda con la dirección provincial y regional; Pepita les dice más que «pringuesorra»; tiro «palante» como si no pasara nada; presento la moción de censura -si es que se puede-; me cargo al verderol infiel; mi partido -«gaviotero»- no reconoce lo que hemos hecho por el bien de la Siempre Fiel -¡venga ya!- y nos echa; nos pasamos al grupo de los no adscritos y, de cara a las próximas municipales, rompo la formación local «peperina» para concurrir a los comicios con un grupo independiente y dando la imagen de víctima ante una más que enfurecida y defraudada ciudadanía afecta al régimen, que ni sabe ni quiere saber por dónde van los tiros y que solo quiere ver a The Princess ocupando, otra vez, el sillón principal del no menos importante despacho de Palacio.

La mas lista de la clase es, sin ninguna duda, la Seño Mayoral, porque -¿lo aprendería cuando estuvo con MacGyber?-, para respaldar la moción que eche al verderol a la calle, exigió que antes firmasen todos los munícipes «gavioteros» y ante notario, que no es moco de pavo; de lo contrario, ella no lo haría y quedaba como la mejor de las mejores, ¡ala!. Lo que pasa es que The Princess se encontró una «chinica» en ese camino largo y tortuoso (The Beatles) que la devuelva al «despachito» oficial y que no esperaba; esa «piedresica» en el «sapato» es R.B., que no rubricó el «papelico». ¡Vamos; «pa» habernos «matao», maestro Antonio!; y encima te llaman díscolo y te reprochan lo que haces, pero ¡si tu venías de fábrica «enseñao» y con esa función, como los móviles de última generación!. De todas formas, me da el pálpito de que R.B., con su postura, solo pretende hacer méritos ante la cúpula «peperina» -no sería la primera vez- para asegurarse encabezar una candidatura azulona, aunque me cuentan que alguien se le ha adelantado y ha empezado a pasar facturas a quienes tienen poder de decisión en esos menesteres, porque ¡doctores tiene la Iglesia !. Además, me dicen las lenguas de doble filo que los que mandan no quieren ver, ni en pintura -¡que mala leche tienen!- a ninguno de los que componen el actual grupo «gaviotero» en Palacio, ni siquiera al letrado Dámaso, que también se postula como The Best (el mejor) para ocupar el ansiado sillón, más incluso que The Two (el número dos) Víctor, que, ese sí, es un «mirlico» blanco -¡y tanto!-, porque Davicosta también aparece en papeles judiciales y solo se quiere a gente que esté limpia de toda mácula, aunque se duchen todos los días. En definitiva, que más de uno estará diciendo aquello de que ¡si lo sé no vengo! o «aparta de mí este cáliz».

He empezado diciendo: ¡vamos a ver; dijo un ciego!, pero hasta para pertenecer a la ONCE -¿verdad Maite?- hay que tener vista y en la Villa y Corte no hay más ciego que el que no quiere ver, por eso te llevas todas las ostias en el mismo carrillo, «sagal».