La obscenidad tiene muchas caras. Algunas de ellas pudieron verse en las horas posteriores a la tragedia del Alvia que nunca llegó a Santiago. Obscenas fueron muchas de las imágenes que se colaron en las televisiones, pero permítaseme, con el corazón todavía constreñido y roto de dolor tras haber seguido minuto a minuto el flujo informativo que señale otro tipo de obscenidad: la del silencio absoluto, la de quienes siguieron con el piloto automático como si nada estuviese pasando.

Sucedió en el canal de información continua de Canal 9, el 9/24, que al filo de la una de la madrugada del miércoles al jueves todavía seguía repitiendo su boletín de noticias de las 22 horas. Mostrando las imágenes del bebé real y de la corrida de toros con Padilla. Mientras, en el canal homónimo de TV3 dedicaban un especial monográfico en tiempo real.

El asunto de Canal 9, por donde se mire, es espinoso. A lo largo de este 2013 he tenido la curiosidad de ver los 29 informativos de la primera edición del fin de semana, los sábados a las 2 de la tarde. Como pueden suponer hay aluvión de sucesos, que muchos de los días sirven para abrir.

Pero ni siquiera la crónica negra está compartimentada en sucesos locales, sucesos nacionales, sucesos internacionales? No. Fabra o cualquier conseller pueden aparecer entre ciclón y huracán, y después continuar con los asesinatos, la prostitución y los alijos de droga como si nada.

La cuota alicantina, porque la hay, suele ser tan delirante como el resto. Es una ´noticia´, y hay que entrecomillar, abracadabrante. El último sábado, 20 de julio, la noticia alicantina se centró en un importantísimo curso de danza que se celebraba en La Nucía. Conste que el ´importantísimo´ lo dijeron ellos. Lo dicho: la obscenidad tiene muchas caras.