Pasmada me hallo al comprobar que la directora general del Menor, Rosa Aragonés, considera «correcto» que los 700 menores que están a cargo del Consell en la provincia de Alicante no tengan ni para comer porque la Generalitat no paga el dinero para el mantenimiento de los centros desde enero. Es lo que se deduce de su comunicado oficial. Ella reconoce que la Generalitat debe nueve millones de euros por los seis meses y medio transcurridos este año, pero nos quiere tranquilizar asegurando que comida tienen y que la atención es «correcta». Desde luego, afortunadamente ninguno ha muerto de inanición, gracias a la caridad del Banco de Alimentos, de colectivos de extranjeros y del personal de los centros. Si no fuese porque Fabra considera que nadie debe dimitir si no se le abre un juicio oral, el de Rosa Aragonés sería un caso de libro.