El documental que encabezaba el último NO-DO del año 1958 estaba dedicado a la inauguración del primer supermercado de Madrid, situado en la calle Embajadores. Según informaba el locutor, la instalación del establecimiento había sido realizada por la Comisaría General de Abastecimiento y a la inauguración había asistido un nutrido grupo de autoridades, encabezadas por los ministros de Comercio y Agricultura, si bien en las imágenes se veía cómo el corte de la simbólica cinta corrió a cargo de la esposa del ministro de la Gobernación. España entraba así en la modernidad comercial y alimentaria, representada por este establecimiento cuyo nombre era un calco del "supermarket" inglés. Las palabras y el tono del locutor trasladaban al espectador la satisfacción del régimen franquista por lo que se consideraba una muestra más de la modernización del país.

Unos días antes de que este documental se proyectara en todas las salas de cine de España, aquí, en Alicante, se había presentado en el Ayuntamiento la solicitud de apertura de un supermercado en la calle Médico Pascual Pérez, número 8, esquina con calle Bazán. El escrito, fechado el 3 de diciembre de 1958 y firmado por Gaspar Peral Baeza, director gerente de Comercial de Alimentación de Supermercados de Alicante, con domicilio en la calle Capitán Segarra, número 27, iba acompañado por una detallada Memoria realizada por el prestigioso arquitecto Juan Antonio García Solera.

En dicha Memoria se hacía constar que el proyectado supermercado ocuparía tres plantas. En la planta baja habría dos locales, "dedicándose el más amplio para la exposición y venta de los productos, con sus frigoríficos para carne y pescado, colocando capazos de plástico en las entradas que han de servir a los compradores para la colocación de las mercancías, y en la zona de salidas se han colocado tres cajas para el control y cobro de lo adquirido". El otro local era un almacén comunicado con el anterior, pero con entrada independiente.

En el sótano "se instalarán 3 frigoríficos para la conservación de los alimentos, con un volumen cada uno de 10, 15 y 30 metros cúbicos". Y en el local de la planta alta se instalaría un despacho y una zona de empaquetado. El expediente se completaba con los planos de las tres plantas.

La sociedad Comercial de Alimentación de Supermercados de Alicante estaba formada por varios empresarios de la alimentación. El presidente del Consejo de Administración era Pedro García Soto y su vicepresidente Sebastián Cortés, pero quien llevaba todo el peso organizativo era el director gerente, el ya mencionado Gaspar Peral, un joven empresario de 34 años de edad. Gaspar era socio de su padre y de su tío en la empresa de aceites Gaspar Peral y Compañía S. L., y además presidía el sindicato del Olivo. Cinco años antes había fundado el Teatro de Cámara del Instituto de Estudios Alicantinos, y esta inquietud cultural suya le llevó a ser nombrado por el alcalde Agatángelo Soler concejal de Cultura y teniente de alcalde, cargos que ocuparía entre los años 1961 y 1967. Era, por tanto, un hombre afín al régimen franquista, aunque su poco interés por la política y su afición por las letras (muy especialmente por el teatro), hicieron que se alejara de los círculos políticos para dedicarse plenamente a la cultura, como miembro destacado del Instituto de Estudios Alicantinos.

La solicitud presentada por Gaspar Peral el 3 de diciembre de 1958, para la apertura de un supermercado en la calle Pascual Pérez, fue aprobada por el Ayuntamiento de Alicante rápidamente. El día 17 de aquel mismo mes, el arquitecto municipal firmaba el informe de aprobación del proyecto del arquitecto García Solera y los aparejadores Cuvertoret y Bovet. Y nada más pasar las fiestas navideñas, el 7 de enero de 1959, la Comisión Municipal Permanente daba el visto bueno definitivo. Así, tras el pago de la pertinente tasa por obras, que ascendía a 377 pesetas, Gaspar Peral recibió el escrito del negociado de Ordenación Urbana en el que se le comunicaba la autorización municipal de apertura, fechado el 13 de febrero.

El primer supermercado alicantino abrió sus puertas al público el lunes 16 de marzo de 1959, pero su inauguración oficial se llevó a cabo dos días antes. Era una inversión privada de cinco millones de pesetas, pero el establecimiento fue adherido a la red de supermercados de la Comisaría General de Abastecimiento.

A la inauguración asistieron las principales autoridades militares, civiles y eclesiásticas de la provincia: el gobernador militar Bernabé Ortiz Esparraguera, el alcalde Agatángelo Soler, y el presidente de la Diputación Lamberto García Atance. Las instalaciones fueron bendecidas por el obispo Pablo Barrachina Estevan, y la cinta inaugural fue cortada por Miguel Moscardó Guzmán, gobernador civil y jefe provincial del Movimiento.

Como no podía ser de otra manera, la prensa alicantina informó con detalle de la apertura del primer supermercado de la provincia, el quinto en toda España. Durante las semanas previas, los periódicos informaron de las peculiaridades de este innovador sistema de compra, de las bondades del "sírvase usted mismo", que tanta expectación había creado entre la opinión pública, sobre todo entre las amas de casa: "pues en definitiva son ellas las que van a la compra: estará abierto mañana y tarde, al igual que cuantos funcionan en el resto del país (Quedan complacidas unas señoras que así nos lo interesaron)", escribió Fernando Gil en INFORMACIÓN. Este mismo periodista expuso los beneficios que iba a traer a los consumidores la apertura del supermercado, especialmente en los precios, por cuanto la compra de mayores cantidades de productos por parte de la empresa y sus menores gastos en personal, permitía poner precios más baratos que en los comercios tradicionales: "Éel personal que haya en el establecimiento tendrá cometido exclusivamente informativo, por lo que el público será el que realice las operaciones hasta ahora a cargo de dependientes en los demás establecimientos del ramo (É) el éxito de los supermercados radica en la generosidad de los precios, que son inferiores porque estos servicios reducen al mínimo las actuaciones de los intermediarios, los artículos se adquieren en grandes partidas y naturalmente pueden ser ofrecidos en mejores condiciones".

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