Millones de españoles confiaron en 2011, de buena voluntad, su voto y su posicionamiento electoral a las promesas que Mariano Rajoy enfatizó como fórmula de desgaste ante el equipo del presidente Zapatero y como alternativa para sacar a España y sus ciudadanos del agujero negro de la crisis económica en la que nos habían metido los especuladores y los "mercados financieros". En este año largo de "gobernanza", mejor dicho de desgobierno del PP, el cuadro macroeconómico ha empeorado sustancialmente respecto a la gestión de ZP: la deuda sobre el PIB representa el 90,69% mientras en 2010 era de tan sólo el 61,5%; el IBEX 35 estaba en 10.284 puntos (mayo 2010) y ahora está en torno a 8.410 puntos básicos; el paro de la Encuesta de Población Activa (EPA) era de 4.612.700 parados y el último balance nos sitúa en 6.202.700 desempleados; el paro juvenil era del 42,06% y en la actualidad llega al 57,22%; el paro femenino tenía una tasa del 20,56% en 2010 y hoy está en el 26,78%. En definitiva, aquellos augurios para salir de la crisis, por parte de millones de personas ilusionadas con lo que se le había prometido, se ha desvanecido como un "castillo de naipes". Hoy España está peor, y los ciudadanos mucho peor. Ya no confían en el presidente Rajoy ni los palmeros mediáticos ni los "voceros" populares.

Además de todo lo que acabo de relatar los españoles hemos visto como, desde el gobierno de Rajoy, se ha favorecido, impulsado y realizado el rescate financiero a la banca española por valor de 40.000 millones de euros -aunque desde la Unión Europea se fijó hasta un techo de 100.000 millones de euros- para recapitalizar a las entidades financieras nacionalizadas a cambio, eso sí, de firmar con la Unión Europea, por parte del Gobierno del PP, un Memorando con una serie de compromisos que nos obliga a España como país y al conjunto de los ciudadanos. En definitiva, la austeridad y los recortes salvajes que nos impone la Unión Económica y principalmente Alemania solo han servido para "salvar los muebles" a nuestros bancos, y a los bancos alemanes que son los principales acreedores de los créditos que nuestro sistema financiero recibe. Es decir, el dinero recibido como rescate financiero ha venido a las entidades bancarias españolas pero luego ha vuelto como pago de lo que se debía a los bancos alemanes. Entonces, ¿a quién se ha rescatado? Fundamentalmente a los créditos que la banca alemana había prestado a la banca española. Lo peor: que todos los españoles estamos pagando ya la factura y lo haremos durante los próximos años. Rajoy, De Guindos, Montoro o la ministra Báñez han salvado a la banca española y alemana mientras han empobrecido al conjunto de los ciudadanos españoles. Por cierto, ¿para cuándo un rescate social para los ciudadanos?

Por el aumento del desempleo en nuestro país -según la Encuesta de Población Activa-; por la ingente cantidad de personas en el umbral de la pobreza o en exclusión social; por los millones de atenciones diarias de las ONG y bancos de alimentos para satisfacer las necesidades mínimas de familias enteras sin recursos económicos; por los miles y miles de ciudadanos desahuciados de sus viviendas por no poder pagar sus hipotecas o alquileres y que han sido víctimas de una crisis económica y financiera no provocada por ellos; por los cientos de miles de nuestros jóvenes que se ven obligados a salir fuera de nuestro territorio en busca de un empleo que aquí se les niega; por los miles de sanitarios que son expulsados a sus casas por una privatización arbitraria de la sanidad pública española y cuyas consecuencias las sufren los pacientes y enfermos; por los educadores e investigadores que están siendo maltratados; por los dependientes que se han visto perjudicados por los recortes gubernamentales; por todos aquellos que son despedidos de sus empleos por una reforma laboral injusta e innecesaria. Sí, por todos ellos es necesario impulsar un rescate social para las personas. Ahora es el momento de proteger socialmente a los ciudadanos.

Lo aportado, en este sentido, por el Partido Socialista es un avance social. Es bueno el cambio de rumbo que el PSOE ha tomado respecto a la última legislatura de ZP. Pero decirle que sería bueno aglutinar a otras fuerzas políticas y sociales, y no hacer proposiciones individualizadas que no conseguirán más allá de unos cuantos titulares periodísticos. Y respecto a los posibles candidatos a liderar el Partido Socialista decirles que no tengan prisa ya que ahora lo único importante son respuestas y soluciones para la sociedad española. Estar a la greña entre unos y otros es permanecer en la descomposición partidista, y nuestro país necesita un Partido Socialista fuerte, unido y con liderazgo.