C reo que va siendo hora de que rentabilicemos las estupideces que sueltan nuestros mandamases por su boca día sí, día también. Yo propongo la convocatoria de un concurso en el que el ganador, como castigo por deslenguado, deje, por ejemplo, de cobrar su sueldo un mes. Y eso, siendo benévolos porque, sólo por el desprestigio en el que suman a la clase política de este país, lo que deberían es irse a su casa derechitos y ahorrarnos el gasto y el bochorno. Estamos tan acostumbrados a las locuras que incluso lo más absurdo nos parece posible. ¿Recuerdan cuando imputaron a la infanta Cristina? Entonces, el Mundo Today, que se dedica con sus bromas a parodiar la realidad, afirmó que su hermana, la infanta Elena, también pedía ser imputada como muestra de solidaridad. Pues, bien, una televisión colombiana lo incluyó en su informativo creyendo que era verdad. ¿Alguien se extraña de la confusión en un país en el que inauguramos aeropuertos si aviones? Ahí está nuestra realidad digna del chiste más delirante y de las afirmaciones más peregrinas, merecedoras todas ellas de una participación estelar en nuestro concurso de burradas. En el paroxismo actual, nuestros políticos se crecen y, cada semana, nos deleitan con nuevas gansadas. El diputado de UPyD Toni Cantó, una vez más, entra por derecho propio en el ranking al comparar la inmersión lingüística con la pederastia, pero amenazan muy en serio su liderazgo los populares Báñez, Cospedal y Pujalte que están que se salen. A ver cuál les gusta más: La ministra de Empleo, Fátima Báñez, rizando el rizo de la costumbre imperante de no llamar a las cosas por su nombre, dice que la salida de jóvenes de España buscando empleo se llama "movilidad exterior". No está mal, pero le gana por goleada la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, con lo de que los votantes del PP se ajustan el cinturón y pagan las hipotecas mientras que los de otros partidos no hacen lo mismo, frase desmentida después por ella misma, eso sí, aunque nada extraña en el ambiente desmadrado e irresponsable en el que nos movemos. Ahí está, si no, el portavoz de Economía del PP, Vicente Martínez Pujalte, diciendo que mucha gente quiere la dación en pago de su vivienda para comprarse otro piso. Con la que está cayendo, Señor. Pero la más fuerte, sorprendente y descarada es la que últimamente repiten como un mantra muchos de nuestros líderes al comparar a las personas que protestan por los recortes y los desahucios a las puertas de las sedes de los partidos, de los bancos y de las casas de algunos políticos con los terroristas y los nazis. ¿Pero es que aquí nadie tiene medida?