Unas 75.000 nuevas empresas se podrán beneficiar de las recientes medidas de impulso económico aprobadas por el Gobierno, a final de febrero, en el ámbito del IRPF e Impuesto sobre Sociedades. Y cerca de 2,3 millones de autónomos y pymes esperan el oxígeno del nuevo régimen especial de IVA al cobro, que entrará en vigor el 1 de enero de 2014.

En el último debate del paupérrimo Estado de la Nación que pudimos seguir por televisión, el presidente del Gobierno anunció una serie de medidas que se incluyen en un plan de estímulo económico y apoyo al emprendedor. Mariano Rajoy habló de una segunda generación de reformas útiles para volver a crecer y crear empleo. Por fin se trata de emprender, no de recortar.

De ese enunciado, me gustaría resaltar dos medidas. Una, ya publicada en el BOE del 23 de febrero, en el Real Decreto Ley 4/2013, afecta de lleno a los dos impuestos directos por excelencia, el de la Renta de las Personas Físicas y el de Sociedades. La segunda, con la aquiescencia de la Unión Europea, que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2014, alude al IVA.

Respecto al Impuesto sobre Sociedades, toda aquella sociedad que se constituya a partir del 1 de enero de 2013 y que desarrolle una actividad económica, tributará a un tipo de gravamen 15 puntos inferior al general en el primer año que obtenga beneficios y en el siguiente. Es decir, tributará al 15% sobre los primeros 300.000 euros de ganancia, que será lo habitual en este tipo de entidades; y al 20% sobre el exceso. Todo ello, al margen del volumen de negocio generado.

Esta norma tiene su reflejo en el IRPF. ¿Por qué? Pues porque aquellas personas físicas que inicien el ejercicio de una actividad económica, estarán capacitadas para reducir su beneficio inicialmente obtenido en un 20% durante el primer año y el siguiente.

Hacienda cuantifica en unos 75.000 los nuevos beneficiarios que se aprovecharán de estas novedades. En ese colectivo general, se cree que figuran unas 20.000 empresas, facultadas para ahorrar hasta 270 millones de euros. La segunda de las medidas afecta al IVA. Era una resolución muy esperada en el mundo empresarial, dada la gran morosidad existente en el mercado. Pero sólo afectará a los autónomos y a las empresas cuyo volumen de negocio sea inferior a 2 millones de euros.

Se trata del establecimiento de un régimen especial, optativo, que permitirá ingresar el IVA que se ha repercutido al cliente a partir del momento del cobro efectivo de la factura. Este avance viene a sustituir el tradicional criterio de devengo por el del cobro y pago a todas las operaciones de las empresas. Esto no significa que aquellas empresas que opten por este sistema no ingresen el IVA que repercutan hasta que cobren y, a su vez, deduzcan el IVA que soporten, al margen de su pago.

Habrá que ver el sistema por el que se decide el Gobierno español, si por el de caja pura o por el de caja simple. Pero lo que está claro es que supondrá una clara ventaja para 1.300.000 autónomos y más de 1.000.000 de pymes que podrán beneficiarse del mismo.