El Consorcio del Plan zonal de la zona XVII integra a 29 administraciones; los 27 ayuntamientos de la Comarca de la Vega Baja, la Diputación de Alicante y la Generalitat Valenciana. Fue constituido con el objetivo de solucionar el problema de los residuos de la comarca al amparo de la Ley de Residuos de la Comunidad Valenciana, ya que es la comunidad autónoma quien ostenta las competencias en temas de residuos.

El 3 de enero del 2.008 en la reunión que celebró la Junta de Gobierno del Plan Zonal XVII todos sus integrantes presentes por unanimidad decidimos que la mejor opción para el conjunto de los ciudadanos de nuestra comarca era y continua siendo Torremendo, en la medida que se encuentra en el centro de gravedad de generación de los residuos, es la más económica, no debiendo olvidar que su coste acabarán pagándolo los ciudadanos a través del "recibo de la basura", y por otro lado es la que menor impacto ambiental genera, y nada de eso ha cambiado a día de hoy.

Y ahora el alcalde de Orihuela, aunque me temo que no por mucho tiempo, se llena la boca afirmando que no eligió que su localidad formase parte del consorcio, pero sin embargo en estos momentos cuenta con la responsabilidad de gobierno, que no con la legitimación para gobernar, algo que se obtiene a través de las urnas, y no debemos olvidar que fue la opción política menos votada, pero no ha movido ni un dedo para dar coherencia a sus manifestaciones, abandonando el consorcio, sino que por el contrario ha ido peregrinando por el mismo, mendigando una solución a los reparos de su interventor a las facturas de tratamiento de sus residuos.

Pero todavía ha ido más lejos, creando con su forma de actuar ciudadanos de primera y de segunda en Orihuela, al querer condenar a La Murada a soportar los efectos de un segundo vertedero, pues la ubicación propuesta por la UTE en Albatera se encuentra más próxima al casco urbano de su pedanía que de la población que lo acogería. Y posiblemente lo más grave es que ha traicionado sus propios principios, la defensa del medio ambiente, por si no lo recuerda.

Ahora pretende agarrarse a una sentencia de un procedimiento lleno de "oscuras irregularidades" para defender a su "patria chica", que no al conjunto de los oriolanos, y todo ello a pesar de que el equipo de gobierno del PP de Albatera ha puesto sobre la mesa graves irregularidades sobre las opciones de compra, por no existir en el caso de dos de las parcelas ofertadas por la UTE, así como la inexistencia de estudios ambientales en el procedimiento, para señalar a otra localidad aunque ello suponga la consolidación de presuntas falsedades y engaños.

¡Ciudadanos de la Vega no estéis preocupados puesto que la solución a los residuos pasa por pequeñas plantas de reciclaje mancomunadas, según el ilustre alcalde de Orihuela!

Ante tal afirmación me rondan por la cabeza una serie de interrogantes:

¿Dónde se ubicarían?

Si Orihuela y Albatera son las zonas aptas orientativas según el Plan Zonal de la zona XVII me temo que Torremendo albergaría una de estas instalaciones. Luego si fuese ciudadano de dicha pedanía no estaría muy tranquilo con la solución planteada por mi alcalde.

¿Cuál sería su coste?

Con toda seguridad mayor, en la medida que al no gestionar utilizando economías de escala los costes se incrementan.

¿Qué haría con el rechazo, es decir lo que no se puede reciclar?

Se trata de una incógnita que el Sr. Monserrate Guillén no ha tenido a bien desvelarnos.

Por suerte la tecnología evoluciona y en estos momentos disponemos de sistemas mucho más avanzados para tratar los residuos, más económicos y con un menor impacto ambiental por los que modestamente entiendo que debemos apostar.

Recientemente se ha presentado en Madrid una patente desarrollada por ingenieros españoles capaz de transformar el rechazo en eco-diesel (diesel sintético), ya que no tiene sentido enterrar materia que cuenta con un alto valor energético, lo que permite además suprimir el vertedero. No se trata de un problema de Albatera o de Torremendo, sino de toda la comarca puesto que todos generamos residuos y la solidaridad pasa por utilizar la mejor tecnología en el lugar más adecuado, algo que defiendo con profunda convicción.