Conmocionado todavía por la noticia me pongo al ordenador. En la mañana del pasado 21 de febrero, el día de la entrega de los IMPORTANTES 2012, donde Arcadi era uno de los premiados, me llamó una amiga y compañera de ambos, Ángeles Cáceres, para contarme la conversación que había tenido minutos antes con uno de sus hijos. Arcadi había sido operado en un hospital de Madrid y su estado era grave, preocupante. Sus hijos pedían que no llamásemos pues ya nos irían informando. Así lo transmití ese día, y en los posteriores, a otros amigos comunes, alguno de los cuales estaba hospitalizado o recién operado.

Pasados los días, después de la inauguración en el MUA de su obra, llegaban noticias esperanzadoras. La palabra "mejoría" era consustancial con su vida en los últimos años, tras anteriores intervenciones quirúrgicas e ingresos en el hospital de Sant Joan d'Alacant. ¿Por qué no podía salir también ahora y volver a su refugio mutxamelero de Bonalba, a sus orígenes, "a la terra dels seus pares"?

Otros pueden glosar mejor su obra y su trayectoria profesional. Para mí se va el hombre solidario y comprometido hasta los últimos años de su vida. No olvido cómo ayudó en la Transición, con su obra y comprometiendo a otros artistas plástico, al PCE y la Junta Democrática; su colaboración con el PSOE a través de Emilio Soler hasta ayer mismo; o su generosidad con la Plataforma d'Iniciatives Ciutadanes d'Alacant, a la que aportó una de sus últimas obras gráficas, cuyo sorteo supone cada año, en las Jornadas de la Ciudad, el único ingreso de la PIC junto con las cuotas de los socios.

En esta hora de dolor por su muerte, cruel siempre, guardaremos el recuerdo de cómo supo compartir con tantos su saber y humanidad, su pasión por esta tierra y su compromiso con sus gentes. Adéu, mestre.