El Instituto de Política Familiar, en su último informe, nos dice que España está en los últimos puestos de la natalidad, en la Unión Europea. Los datos que nos ofrecen son los siguientes: España tiene un índice de fecundidad de 1,36 hijos por mujer. La media europea es 1,57 por mujer. El reemplazo generacional es del 2,1 por mujer. La natalidad de España está en una situación tan deficiente que, para recuperar el nivel de reemplazo generacional, se necesitarán 280.000 nacimientos anuales, más que los actuales. Debemos alcanzar los 752.000 nacimientos al año, cuando en el año 2011 tan solo hubo 471.999 nacimientos, en España. El informe añade que, en otros países europeos, como Francia y Reino Unido, ya han conseguido alcanzar los niveles de recuperación generacional. Entre las causas que se señalan de este descenso de natalidad está la política familiar de los Estados. En aquellos países donde se desarrolla una política integral de apoyo a la familia se consigue incrementar la natalidad. Y añade el informe que "España es el país de la Unión Europea que menos ayuda a la familia". El catecismo de la Iglesia Católica enseña que el hijo es un verdadero don del matrimonio. Es el fruto específico del amor conyugal de sus padres, y tiene el derecho a todo el apoyo necesario y a ser respetado desde el momento de su concepción. La función social de la familia y sus grandes aportaciones, como sus esfuerzos, su tiempo, sus recursos, etc., merecen un reconocimiento social mayor. La familia aporta lo que la sociedad más necesita: los hijos. Por ésto, el apoyo y las ayudas necesarias para su perfecto funcionamiento no deben faltar nunca. Como dice el refrán: "Obras son amores".