El Gobierno local ha pedido al Gobierno central que suba el valor catastral de los inmuebles ilicitanos en un 50% en unos años.

Afirman que ello no tendrá repercusión sobre el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que se calcula tomando como base los valores catastrales, ya que, al mismo tiempo, "ajustarán" el coeficiente que se usa para determinar la cuantía del pago. Y argumentan que la última valoración de las viviendas se realizó en el año 2000 y que se encuentra desfasado.

Nos quieren engañar como si fuéramos ignorantes y no estuviésemos escamados de las mentiras, corruptelas, estafas y engañifas con que nos deleitan cada día.

Si realmente no hay intención de subir el pago que los ciudadanos hemos de hacer por el IBI de la vivienda, no tienen más que dejar la valoración y el coeficiente tal como están. Sabiendo que ya se ha sufrido un importante aumento en los últimos años.

Pero, es más, las valoraciones realizadas en el año 2000 se correspondieron a una época en la que se hacían al alza por la expansión del "boom" inmobiliario, de forma que muchas viviendas, en este momento de devaluación total del mercado inmobiliario (que tardará décadas en recuperarse, si alguna vez lo hace), se encuentran muy próximas a su valor real o incluso por encima, de manera que el objetivo de que estén al 50% de su valor está más que superado.

Se trata, pues, de un catastrazo. De una martingala para incrementar los impuestos de manera generalizada a toda la población, en contra de lo pregonado en las promesas electorales y cuando la crisis más está golpeando a las familias que, en muchos casos, tienen problemas para llegar a final de mes o pagar sus hipotecas.

Es un nuevo golpe a las personas a beneficio de unas políticas antisociales y de verdadero austericidio que ponen por delante los intereses partidistas por delante de los de la población.