La Administración, con sus recortes, ha recortado también notablemente el número de ingenieros industriales a su servicio, bajas y jubilaciones no se cubren o lo son con licenciados o técnicos contratados a jornada parcial, pese a ser los ingenieros industriales los titulados idóneos para la gestión de la seguridad industrial y energética. Las escasas oposiciones proveen muchas menos plazas de las necesarias para un funcionamiento normal, a fin de compensar los enormes abusos económicos cometidos.

Esto resulta enormemente inconveniente pues, precisamente en los últimos años se han renovado y complicado todas las normativas técnicas, ampliándose notablemente los requisitos de seguridad, de regularidad en el servicio y de protección ambiental.

Inconveniente, porque precisamente se ha simplificado al límite la legalización de empresas e instalaciones, pues basta aportar una declaración responsable afirmando cumplir todos los requisitos técnicos reglamentarios, que posteriormente ya será verificado. Pero, ¿por quién, si la Administración carece de ingenieros? En el país del Lazarillo de Tormes esto es una imprudencia temeraria. Además, junto a la picaresca aparece la "ignorancia culposa" de quienes afirman que "se cumple todo" cuando realmente no saben qué se ha de cumplir.

Inconveniente, porque, al no exigirse visado oficial en la mayoría de proyectos y certificaciones, deberá comprobarse "a posteriori" si los proyectistas realmente son titulados competentes, poseen seguro de responsabilidad civil, etcétera. Actualmente, además, se presentan absurdamente juntos proyecto y certificación final al completar la obra, impidiéndose así a los ingenieros funcionarios proponer correcciones normativas antes de consumarse la obra.

Inconveniente, porque la Administración, admitiendo todo lo anterior, repite continuamente "que intensificará las inspecciones y comprobaciones". ¿Cómo? Inexplicable.

¿Quién pedirá y estudiará los documentos justificativos del cumplimiento de las obligaciones de las empresas, revisará proyectos y certificados, inspeccionará instalaciones y empresas, detectará montajes incorrectos y, en fin, evitará riesgos y peligros a los usuarios?

En determinadas materias, intervienen los OCA pero, respetándolos sinceramente, son empresas privadas con ánimo de lucro que sufren la oferta y demanda del mercado, por lo que carecen de la independencia que posee la propia Administración para imponer respeto y disciplina.

Las empresas más responsables de cada sector técnico, al sufrir intrusismos provocados por tan libertinas aperturas, exigen el control directo de la Administración para un igualitario cumplimiento de las normativas.

Las altas tasas de seguridad conseguidas con el esfuerzo de la Administración y de las empresas responsables están en riesgo de desaparecer por culpa de quienes valoran la prevención de las seguridades técnicas de instalaciones y servicios como una cuestión meramente económica y suponen que la alta seguridad es "normal", que ya se preocuparán cuando ocurran accidentes.

El mayor apoyo para mantener y mejorar la seguridad, garantizar el cumplimiento de las normativas de seguridad industrial y lograr la competencia entre empresas en igualdad de condiciones es la presencia de ingenieros industriales en los puestos clave de la Administración técnica, vistos los excelentes resultados hasta ahora obtenidos. Que así se haga por convencimiento y no por acaecer accidentes. ¡Ah! y que se ahorre en otros campos.