Un grupo de estudiantes ha ido a visitar una exposición; otro grupo se ha entrevistado con un poeta local; un tercero ha asistido a un concierto de obras de Beethoven... Al día siguiente, la clase, más que nunca, es un diálogo:

- ¿Para qué sirve la poesía, la música, la pintura, cualquier arte?, preguntan, uno tras otro, varios alumnos.

El profesor, armado de diapositivas, libros, vídeos y otros argumentos tecnológicos, tras leer algunas páginas y proyectar imágenes, responde:

- ¿Cuántos hombres y mujeres, leyendo a Garcilaso o a Neruda, han sentido que sus palabras son las que definen sus propios sentimientos y le ponen nombre a su estado emocional? ¿Cuántos de vosotros os reconocéis e identificáis en el diálogo entre Romeo y Julieta, o en el de Calixto y Melibea?

- ¿Cuántos hombres y mujeres -y cuántos de vosotros-, recordando los versos de la Elegía de Manrique, o de Hernández, han consolado su silencio porque no sabían cómo expresar el dolor que les infligía la muerte de un ser querido?

- ¿Cuántos, observando El muchacho azul, de Gainsboruch, o el Master Hare, de Reynolds, han sentido la vida renacer mientras se les iluminaba el corazón?

- ¿Cuántos, contemplando La libertad guiando al pueblo, de Delacroix, o el Guernica de Picasso, han descubierto su desprecio por las esclavitudes y guerras físicas o síquicas, más fuertemente, incluso, que al recordar el horror de Hiroshima?

- ¿Cuántos, ante la bethovénica Novena, se han esforzado como nunca por vencer la melancolía que inundaba sus vidas?

- ¿Cuántos, al leer La montaña mágica, de Mann, o Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, o el cervantino Don Quijote, han comprendido que el sentido de la vida es buscarle un sentido en vez de dejarse aplastar por el peso de los sinsentidos que acosan la existencia?

¿Cuántos, tras la lectura de Balzac, o Dickens É empiezan a conocer los laberintos de la sociedad?

¿Cuántos han descubierto que en algún lugar de un libro, un cuadro, una partitura É hay una respuesta a las muchas preguntas del vivir? La Humanidad es un yo individual abriéndose paso a través de la Historia para llegar a un yo social que nos integre a todos. Y cada artista es un portador de luz en esa carrera de relevos.

É ¿No sirve para nada el arte? ¿No es un camino para llegar hasta nosotros mismos?