No me pude resistir. Por si fuera poco con los grupos de correo electrónico y con el Facebook, ahora me he metido de lleno en Twiter, la red social más global. Hoy cumplo una semana oficialmente como tuitera, pero me queda muchísimo por aprender. Porque han de saber que Twiter tiene su lenguaje, que se articula mediante símbolos y abreviaturas. Y nadie se resiste a usarlo, más bien al contrario, pues se convierte en una necesidad para formar parte de la comunidad virtual. Aunque todavía soy novata, ya tengo mi símbolo preferido: el hashtag (o etiqueta). Anteponiendo el símbolo # a una expresión referida a algún tema, permite identificar todos los mensajes (tweets, pronunciado tuits) que sobre dicho tema se difunden en la red. Y si hay muchos mensajes sobre ese tema, éste se puede convertir en TT (Trending Topic), es decir, que concita el mayor interés en la red social. Por supuesto, el #14N, ha sido durante esta semana TT.

El viernes descubrí que #25N era TT. Me sentí feliz al pensar que la enorme comunidad virtual estaba mostrándose activa preparando grandes acciones para el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género. Ilusa de mí, no había caído en la cuenta de que en esa misma fecha se celebran las elecciones catalanas, que era el tema al que se refería el hashtag. Pero como de la necesidad se puede hacer virtud, las activistas feministas aprovechamos la coincidencia de fechas para lanzar mensajes destinados a realizar la sensibilización social que el Gobierno no hace. Ellas me han enseñado una etiqueta potentísima que simboliza, más que ninguna otra, que la sororidad está presente en este mundo virtual: #feminismoenRED, que permite hacer llegar algo importante a todas las activistas feministas en la red.

¿Qué qué es la sororidad? La antropóloga Marcela Lagarde la define como la alianza feminista entre las mujeres para cambiar la vida y el mundo hacia la justicia y la libertad. Una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo que conduce a una alianza entre las mujeres para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poder genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer. Consiste en encontrar las cosas que nos unen, en sumar y no en dividir. En crear pactos en la esfera pública que nos enlacen unas a otras, como eslabones de una cadena universal. Como acertadamente afirma Lagarde, al actuar así, las mujeres ampliamos nuestras coincidencias y potenciamos nuestra fuerza para vindicar nuestros deseos en el mundo.

El patriarcado se empeña en enfrentarnos unas a otras. Tiene miedo a la sororidad. Porque juntas, podemos.