Montoro dice que el gobierno tiene razón porque ha ganado las elecciones en Galicia. La misma regla conduce a pensar que anda equivocado porque ha perdido las de Euskadi. Y no va a ganar las catalanas. Especialmente tras el viaje que Rajoy le pegó a Mas desde la tribuna del Congreso: ahora, cualquier buen resultado de los nacionalistas será una bofetada a los populares. Pero simplezas al margen, quienes niegan razón al gobierno son el FMI, los analistas internacionales y el propio Banco de España, que no se creen las previsiones macroeconómicas, con lo que el ejercicio mismo de presupuestar y debatir se antoja vano y espurio. Al final pasará lo que tenga que pasar y el gobierno aliñará una ensalada entre lo que quiera y lo que pueda. Desde antiguo se sabe que los presupuestos son para incumplirlos. Habilitan partidas, pero no obligan a gastarlas, y para los gastos imprevistos hay mecanismos y atajos que los guías expertos conocen perfectamente. Se realizan inútiles comparaciones entre presupuestos de distintos años y lugares, cuando lo sustantivo sería comparar lo ejecutado, los dineros realmente gastados. Nadie analiza una empresa por sus presupuestos, sino por su balance y su cuenta de explotación y resultados.

Vamos a lo gastado: el Gobierno español ha admitido ante Bruselas que la Seguridad Social va a cerrar 2012 con un déficit de 10.500 millones de euros, es decir, un 1 % del PIB. Es decir, que ella sola se va a comer el margen extra concedido al déficit español tras revisar la herencia de Zapatero. Ahora se ha revisado de nuevo, y no cesa de crecer. Se ve a venir otra muestra de generosidad de los amigos comunitarios, porque hacerse el duro no llevaría a ninguna parte (y Merkel no desea que sus correligionarios españoles pierdan elecciones). Lo que, a su vez, conformará la evidencia de que las decisiones europeas no son más fiables que los presupuestos españoles. Rajoy podrá argumentar que mal puede controlar el déficit cuando una prima de riesgo estratosférica dispara la partida de intereses de la deuda, pero España tiene déficit primario, es decir, antes del pago de intereses, y esto no se va a resolver sin crecimiento. Como lo de la Seguridad Social: el problema es el descenso de cotizantes. El remedio para todo, para el déficit general y el de la caja de las pensiones, es más gente trabajando y contribuyendo. Pero eso no es lo que se prevé para 2013; especialmente desde los observatorios independientes.