La responsabilidad social corporativa comprende todas aquellas obligaciones que de forma voluntaria asume cualquier empresa, u otro tipo de organización, para compensar a la sociedad por los beneficios que obtiene por convivir en la misma y por los posibles costes sociales que pueda causar su actividad.

Las universidades, a través de su función generadora de conocimiento, formación e investigación, revierten positivamente en la sociedad, mejorando la empleabilidad de los ciudadanos, intercambiando conocimientos con el tejido productivo para la mejora de su competitividad, pero también promoviendo valores que hagan posible una sociedad más justa. Esto significa que el papel de la Universidad no puede constreñirse a ser una "fábrica" de profesionales, sino que debe aspirar a una formación integral de las personas; personas que sean capaces de integrarse en la sociedad desde el respeto a las ideas de los demás y la defensa de los valores democráticos y humanistas. Las universidades españolas desarrollan desde hace muchos años labores que tienen que ver con esa búsqueda de una sociedad más justa a través de servicios relacionados con la Cooperación y la Ayuda al Desarrollo. Mediante las mismas se trata de contribuir al desarrollo de los países menos favorecidos siendo por tanto una acción que cae de lleno en el terreno de la internacionalización.

En los últimos años se ha evidenciado que la cooperación al desarrollo ha dejado de ser un asunto exclusivo de ONG o administraciones públicas: empresas, sindicatos, ayuntamientos y todo tipo de colectivos sociales se han sumado a este reto, pero, sin duda, las universidades españolas son las instituciones que más han incrementado su dedicación a la cooperación al desarrollo, realizando múltiples proyectos gracias al compromiso de las personas que estudian y trabajan en su comunidad. Y es que las universidades son un ámbito privilegiado para la promoción del conocimiento en esta materia, para la investigación, para la difusión de los retos a los que se enfrenta el desarrollo y para promover el debate en este contexto.

El actual rector de la Universidad de Alicante, don Manuel Palomar, en su campaña electoral y en sus primeros meses como rector ha insistido en la importancia de la internacionalización de nuestra Universidad, confiando esta tarea a don Juan Llopis como vicerrector de Relaciones Internacionales. En el vicerrectorado tratamos de equilibrar el haz y el envés de la internacionalización, por una parte buscamos mejorar la movilidad de nuestro personal (investigadores, profesores y personal de administración) y por supuesto de nuestros estudiantes, porque sólo a través del intercambio de conocimientos, y experiencias podremos mejorar, compararnos con los mejores y competir por serlo. Estas acciones de movilidad incluyen acoger también a personal y estudiantes procedentes tanto de la Unión Europea como del resto del mundo. En definitiva estas acciones de movilidad tienen que ver con la cooperación universitaria en sentido estricto, mediante la cual nos enriquecemos mutuamente mediante el intercambio de nuestros recursos (nuestro personal, nuestros estudiantes, nuestros conocimientos, ideas y formas de actuación), con otras instituciones universitarias a las que podemos considerar como "pares". Por otra parte, tenemos la cooperación y ayuda al desarrollo; mediante la misma el vicerrectorado realiza diversas acciones relacionadas con proyectos de cooperación, convocatorias propias de la UA, además de tramitar convocatorias externas de proyectos de cooperación de distintas instituciones, y de realizar proyectos propios de becas para la cooperación fundamentalmente para estudiantes que provienen de países desfavorecidos. En este vicerrectorado se llevan también a cabo acciones de responsabilidad social a través de acciones de ayuda humanitaria y de emergencia en caso de catástrofes, recabando fundamentalmente ayuda de la comunidad universitaria y canalizándola a las zonas afectadas por crisis humanitarias. Otra forma en la que el vicerrectorado de Relaciones Internacionales desarrolla tareas de solidaridad es a través del comité de donaciones de la Universidad de Alicante del que forma parte. En este ámbito la Universidad de Alicante coopera con otras universidades o directamente con otro agentes sociales, productivos o institucionales en el ámbito internacional que se encuentran en situaciones desfavorecidas, y tratamos de contribuir a su desarrollo mediante la formación, el asesoramiento técnico, el fortalecimiento institucional, en definitiva, buscando la mejora de las condiciones de vida en un situación de asimetría o no paridad, no buscando un retorno similar.

Las universidades españolas en general han hecho en los años recientes una apuesta decidida y firme por la cooperación, dedicando recursos y estableciendo estructuras estables, especializando a su personal y a los estudiantes que lo demandaban mediante el diseño e impartición de cursos de tipo máster o especialista en Cooperación, promoviendo foros de encuentro (seminarios, mesas redondas, jornadas, congresosÉ) dónde se manifiesta lo que se hace en materia de cooperación, lo que se ha profundizado en investigación en este ámbito, pero sobre todo sensibilizando tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad en general de la necesidad de este esfuerzo solidario en cooperación. Igualmente, se han puesto en marcha distintos proyectos en países en desarrollo, especialmente para el fortalecimiento de sus sistemas educativos, principalmente universitarios. Estas iniciativas son esenciales en materia de cooperación ya que la educación es la clave para el desarrollo y la lucha contra la pobreza. Y ninguna institución puede contribuir mejor que la Universidad a transmitir la crítica del conocimiento y promover intercambios de miembros de la comunidad universitaria y realizar acciones de solidaridad. De esta manera las universidades españolas han contribuido como un agente de gran valor en el fortalecimiento de la cooperación, sobre todo internacional, del Estado español.

Sin embargo, los temidos recortes han llegado de lleno al área de cooperación y esto pone en peligro el trabajo que durante tantos años han hecho las universidades para crear infraestructuras estables, que ahora corren el riesgo de quedarse paralizadas, por falta de sus principales vías de financiación, pero lo que es aún peor, caer en el desánimo. Creemos que las universidades debemos encontrar nuestra propia salida en el área de cooperación, que a pesar de los recortes es mucho lo que aún podemos hacer y que hemos de seguir fomentando la cooperación tanto en los proyectos que ya teníamos en marcha como incluso abrir nuevos proyectos. Retroceder en este ámbito supone echar por tierra la labor de muchos años; los países con los que cooperamos no se lo merecen, nuestra Universidad de Alicante tampoco: debemos y queremos "ayudar ayudándonos".