Con las cifras de paro en curso y que no cesan de aumentar; con una actividad económica bajo mínimos; con un contexto político poco propicio para dar saltos de alegría, algunas noticias optimistas han ido saltando a las páginas de los periódicos de un tiempo a esta parte. Lo de la mancomunidad había sido casi un mito; Jorge Silvestre lo intentó en sus tiempos en la Alcaldía de Alcoy y la presidencia de la Diputación, pero un presunto vertedero en Millena lo impidió. Más tarde no hubo manera, porque cada loco iba con su tema. Ahora, se ha conseguido un mínimo acuerdo, que ha permitido a muchas poblaciones aunar objetivos. En otro punto de estos lares, en Castalla, una mejora de la infraestructura eléctrica instada desde hace años para el conjunto de la comarca, iba a resolver muchos problemas. Había costado lustros y multitud de esfuerzos conseguirla. Ambas iniciativas no le gustan a Rajoy, que está preparando una eventual desaparición de las mancomunidades y que ha paralizado el plan de mejora del sistema eléctrico, por falta de fondos. Lo dicho: "...Y encima parió la abuela".