Ante la supuesta comisión de un delito, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, los vigilantes de seguridad, e incluso cualquier ciudadano, puede proceder a la detención del que lo está cometiendo. Cuando la detención proceda de manos del ciudadano o de los vigilantes de seguridad, inmediatamente deberán ponerlo en conocimiento y a disposición de la policía, para no incurrir en responsabilidad alguna. Será la policía quien leerá los derechos del art 520 de la LECRIM al detenido y se lo llevará a la comisaria. Pasar la noche en comisaria privado de libertad, la ulterior declaración o no ante el agente de policía con el abogado presente, además de la reseña policial, es decir la foto y anotación en los registros policiales, suelen ser las usuales obligaciones a las que ha de someterse cualquier ciudadano al que se le acusa de haber cometido un delito.

El alcalde Gordillo ha causado un alto golpe de efecto con ocasión del hurto de productos alimentarios dentro de los carros de Mercadona. Tales conductas pueden encajar dentro de la detención válidamente efectuada por los vigilantes de seguridad, habida cuenta de que la intención del autor, pese a que incluso pudieran gritar a voces, que se lo llevan para donarlos a los más necesitados, comprensiblemente, supondría ser inmediatamente frenados en seco por el buen vigilante que cumple con su trabajo y la apertura de un procedimiento penal. Y es que detener a quien se va sin pagar con un carro lleno de alimentos propicia válidamente la detención y ulterior puesta a disposición policial. Ahora bien, ¿es o no delito la actuación perfectamente coordinada por el Sindicato andaluz? En mi opinión, salvo la agresión o intimidación, que sí podría servir para proseguir con el procedimiento, de acreditarse la ausencia de ánimo de lucro, supondría el tener que archivar el procedimiento por no ser constitutivas tales conductas de delito ni de falta, y nos encontraríamos ante cuestiones civiles, pues la falta del requisito del ánimo lucro es insalvable, en sentido estricto. El Juez instructor podría entender que existen indicios de delito y seguir adelante, pero en la vista oral, el Juez de lo Penal, con alto grado de probabilidad absolverá. Ahora bien, si ese entrar y salir con carros cuenta además con el beneplácito de aquellos que van a recibir los bienes, entonces sí podríamos encontrarnos en la comisión de delito, pues los que reciben los bienes hurtados serían cooperadores necesarios, es decir coautores, más que cómplices y no meros encubridores, si es que en realidad sabían del plan preconcebido. Ni en uno ni en otro caso, en sentido estricto, nos encontraríamos ante delincuentes, sino más bien en activistas, desobedientes civiles. Aun en el peor de los casos, y finalmente, si los bienes son los de primera necesidad, podríamos encontrarnos con causas que podrían eximir de castigo o atenuar la pena, por lo que el eficaz golpe de efecto efectuado por Gordillo ha logrado su objetivo, que no es otro que llamar la atención sobre las dificultades que atraviesan determinados ciudadanos. Posibilitar un techo donde dormir, asearse y comer a diario, debería ser un objetivo básico para un Estado del Bienestar.

Robar es un delito, pero lo que cometió el sindicato andaluz no lo fue, teniendo en cuenta que para ser delito tienen que darse todos y cada uno de los requisitos tipificados en el código penal. La provocación del delito, es decir, animar a otras conductas similares, sin ánimo de lucro, tampoco son delito en éste caso. Sin embargo, los límites entre lo penal y lo civil, lo lícito de lo ilícito, del bien y del mal, no desvirtúa el sentido común de los ciudadanos, pues a ninguno nos gustaría dormir en la cárcel. Pero es que además, todos podemos distinguir que conductas son merecedoras de mayores reproches y sanciones, correspondiéndole al legislador fijar las penas. Lucrarse con millones de euros puede ser tan delito como lucrarse con botes de garbanzos, aunque todos comprendemos que no es lo mismo. El golpe de efecto de Gordillo ha calado hondo en todas las capas sociales. La preocupación y el miedo al caos, se afianza con éste golpe de efecto, pero no podremos justamente reprocharle a Gordillo que el caos sea consecuencia suya, sino más bien éste será consecuencia de la ineficacia de nuestros gobernantes, en sentido amplio. El sistema educativo con amplitud de masters contrasta con la marcha de nuestros estudiantes al extranjero por falta de oportunidades, así como de bajos salarios. Nuestros políticos deben conseguir fortalecer nuestra posición en Europa, no sólo a nivel impositivo, otras cuestiones son igualmente necesarias.