Cuando se aproximan las grandes citas deportivas una de las principales preocupaciones de los atletas es saber si será seleccionado. Trabajas durante años con máxima intensidad y a todos les gusta que su trabajo sea reconocido. En ocasiones las máximas tensiones se originan por los criterios contradictorios y por los tratos desiguales. Siendo esto importante, yo también creo que los atletas deben demostrar su madurez personal y deportiva tomando decisiones, a veces dolorosas, en función de la situación que tienen de cara a la alta competición.

Falta de autocrítica. Dos ejemplos: la excelente corredora de 1500 metros, Natalia Rodríguez, única medallista española en el pasado mundial, acabó la 14ª en su primera eliminatoria, reconoce que por diversos motivos no ha podido entrenar en todo el año con normalidad y que además no competía desde septiembre de 2011. ¿Con qué criterio técnico se la ha seleccionado para estar en estos juegos de Londres?

Guardo un comentario especial, porque especial ha sido su historial, para la palentina Marta Domínguez. Ha sido medalla en tres mundiales y cuatro europeos, la mejor española de todos los tiempos. Un atleta con este palmarés no puede despedirse de la pista dando una imagen tan triste y desangelada, ella que tuvo en su carácter y orgullo como su mejor arma. Si la maternidad te rompió los esquemas de preparación y si la "operación Galgo" ha sido una carga demasiado pesada, despídete con señorío de la alta competición y de la prensa que tantas veces te apoyó y encumbró. No des un portazo de niña enfadada y pierdas tu imagen de deportista y persona. Nunca pensé que tuviera que dedicarte estas palabras a ti que tantas veces me emocionaste cuando competías.

Tres menciones. Uno, el baloncesto no está fino pero continúa en los juegos. Dos, los dioses olímpicos no han sido del todo justos con nuestro balonmano masculino. Merecían seguir en los juegos. Tres, felicidades a David Cal, nuestro medallista olímpico más laureado.