La Conferencia Episcopal Española ha publicado un importantísimo documento: "La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar". En él se recogen los graves problemas que afecta a la vida matrimonial y familiar de la sociedad española que, en buena parte, se explica por las ideologías destructoras de la verdadera naturaleza del matrimonio y de la familia y por la deformación de la sexualidad humana. La confusión ha llegado a tal punto que muchos consideran normal y natural lo que es una verdadera corrupción de la vida sexual y familiar. Así se postula una práctica de la sexualidad sin apertura al don de los hijos (la anticoncepción y el aborto), el amor libre o práctica de la sexualidad sin matrimonio, la práctica de la sexualidad sin amor, la producción de hijos sin relación sexual (la llamada reproducción asistida o fecundación in vitro). Por último, se ha separado la sexualidad de la persona, de modo que ya no hay varón o mujer sino que cada cual elige configurarse sexualmente como desea. El sexo se usa como un objeto más de consumo. Preocupa de manera especial que esta ideología y práctica han alcanzado a la educación, de manera que se enseñan como normales estos postulados pansexualistas. En el terreno legal, el Documento Episcopal cita leyes e iniciativas españolas que apoyan estas prácticas sexuales inmorales, como la Ley del Aborto, el matrimonio homosexual, el divorcio exprés, la libre comercialización de la píldora del días después, etc. Ante este panorama, los Obispos españoles han considerado que debían proclamar la Ley Natural y la Ley Cristiana sobre el matrimonio y la vida sexual para bien de todos, especialmente de los cristianos, que están sufriendo una gran confusión de ideas en este ambiente. Los Obispos escriben que el amor conyugal es un amor comprometido, que se fundamenta en la voluntad de compartir todo un proyecto común de vida, que exige fidelidad e indisolubilidad y apertura al don de la vida. Así lo pide la grandeza y la dignidad del amor matrimonial, fiel y exclusivo. Comporta la donación recíproca sin reservas ni condiciones.