Así estaban todos los consejeros de la maltratada CAM durante los largos años que muchos de ellos ocuparon sillones en las reuniones que el máximo órgano de la entidad mantenía regularmente todos los meses, incluidas las que se celebraban allende nuestras fronteras para mayor gozo y esparcimiento de los miembros, directivos y parejas reconocidas. Así están en las distintas comparecencias que están teniendo lugar en las Cortes Valencianas, en la comisión de investigación creada a tal efecto para aclarar las responsabilidades de consejeros, directivos y regulador en la debacle de la entidad alicantina.

Sospechosamente todos los consejeros hasta el momento interrogados, se han quedado en blanco, no tuvieron conciencia de lo que aprobaban, no entendían lo que se les decía, no comprendían lo que se les ponía sobre la mesa, lo que se les mostraba en vanguardistas transparencias, no llegaban a comprender lo que leían. Nadie se enteraba de nada en la CAM, titulaba su crónica de David Navarro que publicaba el diario Información el pasado martes. Todos in albis, empezando por Modesto, que pretende convencernos de la mera institucionalidad de su cargo, que intentó remunerarlo opíparamente con la connivencia de Amorós, y siguiendo por Sala, Martínez o Nemesio al manifestar que únicamente ratificaban aquello que se les presentaba.

La compensación por su desidia residía en las sabrosas dietas que percibían a través de las distintas participadas y los numerosos regalos y favores con los que eran agraciados. Sala intentando protegerse, llega a afirmar que las actas se falseaban y que el poder de López era omnímodo. Las opíparas comidas previas, el humo de los vegueros cubanos y el licor escocés nublaban las entendederas de los consejeros que de tal guisa eran presas fáciles de los liantes y arteros directivos que les engañaban una y otra vez, hurtándoles la presencia y recluyéndoles en la más absoluta inopia. Todo suena falso, todo rezuma fullería, tanto antes, en el ejercicio de su cometido en las reuniones de los consejos, comisiones y asambleas, como ahora en sus declaraciones ante los representantes de la soberanía popular.

Forner, hombre avezado en estas lides, desempeñó cargos directivos de enjundia en la absorbida CAPA y fue secretario general de la Federación de Cajas, aun teniendo idéntico mentor que Sala, contradice a éste dando validez a las actas de las que él era responsable como secretario del consejo. Un desiderátum que fulminó la CAM. Únicamente se ocuparon de ellos y de sus amigos, de sus prebendas y los millones a fondo perdido para Terra Mítica y demás proyectos de sus mentores políticos y los créditos morosos de los señores del ladrillo, intentando dar una buena imagen a través de la Obra Social a la que utilizaban para remunerar favores mundanos a personajes a los que convertían en comisarios de exposiciones pagándoles miles de euros por un mísero párrafo las más de las veces copiado en la red.

No se pierdan las declaraciones que están por llegar en los juicios pendientes en la Audiencia Nacional. Sus comparecencias serán para examinar. Todo tiene el tufo de que seguirán la estela del de Campamento, aquél en el que los golpistas del 23-F ni sabían ni recordaban cosa alguna. Bien es cierto que más de uno pudiera considerarse inepto, profano en las materias a debatir en una entidad financiera, pero su codicia al aceptar el cargo les condena. El desconocimiento y/o la ineptitud en ningún caso les inhabilitan de responsabilidad. De entrada parece van a ser sancionados la mayoría con inhabilitaciones de diez años y multas de hasta 500.000 ? por las autoridades monetarias.